miércoles, 20 de agosto de 2014

Congelar a Europa

In
I
Internacional
Se pondrá en marcha un plan decenal de cooperación en varios sectores
Congelar a Europa: USA
Por: Carlos Damián                                         7 de Agosto, 2014
Se destaca el interés por desarrollar una guerra económica
México. -  A unas horas de la imposición de sanciones financieras, energética y militares de Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia, el Kremlin anunció su decisión de vetar la importación de alimentos europeos y estadounidense –carne, lácteos, frutas, verduras y pescados entre otros-, y advirtió de ampliar las represalias a la prohibición de vuelos que atraviesen por su territorio  e introducir “medidas defensivas” en la industria automotriz, aeronáutica  de construcción de embarcaciones. Les guste o no, la determinación anterior es una medida recíproca y proporcional a la cruzada de aislamiento emprendida por Bruselas y Washington contra Moscú, al calor de las tensiones entre ambos bloques por la guerra civil en Ucrania, que se desató, recuerda que hubo una rebelión del Euromaidán, impulsada ciertamente por Occidente. Lo que se inició como un pulso de orden geopolítico contemporáneo se ha tornado en un asunto de consecuencias serias para las economías nacionales, que permite ponderar la existencia de un contrapeso real a Occidente, que es el de Rusia, y nos remite, de manera inevitable a los tiempos de la guerra fría, con Nikita Krushev enfilando sus misiles rusos en la Cuba de Fidel Castro, y  salvando de la catástrofe nuclear el presidente John F. Kennedy.

Pero ahora se tiene un amago mutuo que no radica en la posibilidad de desatar un holocausto nuclear, sino de atizar una escalada de sanciones económicas con efectos potencialmente devastadores para las poblaciones respectivas, sobre todo las de menores ingresos. Más allá del fenómeno que describimos hay una serie de consecuencias porque pone en duda una de las perspectivas optimistas de los impulsores de la globalización: la profundización de la interdependencia económica entre las naciones del mundo terminaría por reducir los conflictos entre ellas, pues reforzaría las relacione de necesidad mutua. En cambio, la realidad es que la interdependencia económica se usará como un  factor de presión y de hostilidad por potencias como Estados Unidos, Rusia y China. A contrapelo de estos factores la situación referida genera polos globales, para los mercados emergentes de América Latina, Asia y África representa una gran ventana de oportunidad que nuestro país ha perdido en automático. En contraste con los hechos que pueden preocupar en esta situación y en la medida que uno de los efectos previsibles de las sanciones y vetos mencionados es la diversificación y la apertura de un mercado de enormes proporciones, como el ruso y el chino.

La oportunidad perdida de México
El presidente de Estados Unidos se aferra a la idea de congelar las relaciones económico-diplomáticas con Rusia, pero en su pataleo de pasadita también congela, en el estricto sentido de la palabra, a millones de hogares europeos que dependen en grado sumo del suministro de gas ruso. A Washington le sale más caro el caldo que las albóndigas, pues en las aventuras de imperio trasnochado se lleva entre las patas a sus aliados países europeo. De esta circunstancia se desprende si Obama y sus cómplices de la Unión Europea tienen con que “calentar” y “mover” a la población y a la industria europeas que tarde que temprano dejarán sin energéticos. Esto porque el 40 por ciento  del gas y cerca del 30 por ciento del petróleo que consumen las naciones integrantes de la Unión Europea son suministrados por Rusia, y sin mayores problemas Kremlin   tiene donde colocar su producción en el caso de que los “aliados” decidan pagar el elevado costo que les impone el capricho de la Casa Blanca. Si nos remitimos a las anteriores sanciones del Consenso de Washington, de mayo pasado.

Rusia firmó un contrato de exportación de gas a China: 38 mil millones de metros cúbicos anuales, a lo largo de las próximas tres décadas, con un valor estimado de 400 mil millones de dólares. La empresa Gazprom ha comentado que no es su intención perder el mercado europeo, pero firmó con el gigante asiático adelantándose a los tiempos. Si nos documentamos en la historia yanqui, vemos que los “bloqueos” a los gobiernos que no se alinean a sus caprichos sólo dañan a los habitantes de las naciones “sancionadas”, pero si de “castigos” se trata  el primero en la lista debió ser el propio Estados Unidos por su larga cadena de agresiones, atentados, invasiones, bloqueos,  golpes de Estado y anexiones de territorios. Como por arte de magia aparecen imitadores europeos, con Alemania, Francia, Holanda, Inglaterra, Bélgica, Italia, y desde luego, España a la cabeza. En esta historia universal desde los tiempos soviéticos, Europa ha sido el mayor consumidor de gas ruso. Sino al remitirnos a los datos, tenemos que el 100 por ciento del consumo interno de gas en naciones europea, como: Finlandia. Lituania, Estonia, Letonia, Bulgaria, y Eslovaquia depende del energético ruso.

Otras naciones son muy dependientes del gas ruso, y en plena crisis de energía en el mundo ellos se van a sacrificar a los gringos. Tal vez lo que buscan es un ahorro de energía y sacrificar algunos ciudadanos ancianos y trabajadores pobres que no tienen el capital para enfrentar la escasez artificial, y además cerca del 50 por ciento perdería el suministro del gas para los hogares y su aparato industrial. Asimismo crecería un 20 por ciento del suministro que proviene de Argelia, ex colonia francesa que pago un alto precio por su independencia, y de libia que es un país arrasado por la Unión Europea y Estados Unidos para quedarse con el control de sus energéticos. Por lo que tendrían (UE) entonces que depender de la posibilidad de ser suministrados por los noruegos que realmente sólo cubren el 30 por ciento de la demanda, porque Estados Unidos es un importador neto de petróleo y gas. De ahí la importancia geoestratégica de Ucrania, por este territorio pasan cerca del 60 por ciento de los ductos como una telaraña conectada con Siberia, y estos tubos transportan el gas ruso al resto de Europa. Los Estados Unidos tampoco saldrían bien librados de esta situación, ya que alrededor del 75 por ciento de sus importaciones de Rusia corresponden a gas y petróleo, por un monto aproximado a los 120 mil millones de dólares anuales. Aunque la Casa Blanca ya cubrió su traspatio de alberca de oro negro, tras la aprobación de la “reforma” energética de México, con los torpes mexicanitos.

En este contexto no es casual que Moscú y China hayan iniciado negociaciones con diplomáticos de países latinoamericanos con el fin de sustituir los alimentos de la Unión Europea y Estados Unidos, cuyas exportaciones a Rusia el año pasado ascendieron en ese rubro, de 15 mil 800 a un mil 300 millones de dólares, respectivamente. Debemos destacar la circunstancia que obliga a reflexionar sobre el papel de México en la globalización, en esta situación nuestro país debería beneficiarse al igual que otros países emergentes, si la economía del país contara con una estrategia de diversificación de mercados (que no tiene), como las que han adoptado otras naciones del hemisferio sur. Sin embargo la guerra económica entre Rusia y Occidente coincide en el tiempo con una doble sumisión de nuestro país a Estados Unidos: las política que se expresa  con la tibieza con que el gobierno mexicano suele reaccionar ante las autoridades del vecino del norte, y la económica, que se refleja en el hecho de que la inmensa mayoría de las exportaciones de nuestro país van a parar al mercado estadounidense. La oportunidad que se desprende de la crisis geopolítica actual encuentra a nuestro país en una posición de vulnerabilidad y dependencia, resultado de un empeño gubernamental en conducir la política y economía nacionales bajo los preceptos dictados desde Washington, como buen país esclavo. Finalmente por mera casualidad USA anuncia el “endurecimiento” de sanciones contra Rusia. Y Rusia no ha dicho ni pio sobre la masacre en la Franja de Gaza, pero el ministerio  resumió la situación así: “se trata de un intento primitivo de vengar el hecho de que los acontecimientos en Ucrania no se desarrollen según el guión de Washington”. (La Jornada, economía, p.p. 24- 29, 18 de Julio, 2014).

No hay comentarios:

Publicar un comentario