lunes, 28 de abril de 2014

La reforma al campo

Nacional El rumor de que se va a invertir en el campo es un cuento chino La reforma al campo Por: Carlos Damián 18 de abril, 2014 El desmantelamiento del neoporfiriato de las políticas populares México. - En la historia de México el régimen emanado supuestamente de la Revolución Mexicana que fue mediatizado por la oligarquía y Estados Unidos, construyó la historia de los vencedores y con ese discurso histórico construyó una de sus principales fuentes de legitimidad, de acuerdo a Jesús Reyes Heroles, ideólogo y ex presidente del PRI, quien afirmó que “la continuidad histórica es la coraza de la revolución –régimen gobernante-”. Para simular esta narración histórica, se disfraza la historia antiimperialista y popular. Debemos tener el conocimiento que el régimen gobernante comenzó desde Avaro Obregón hasta Lázaro Cárdenas, quien llevó adelante una transformación de la dependencia federal que requiere el acotamiento de los intereses trasnacionales, que dictan nuestra vida económica y social desde que estaba en el poder Porfirio Díaz a finales del siglo veinte. Podemos añadir en esta búsqueda de nuestra propia historia en el camino propio de desarrollo, que se limitara el saqueo y se apagara la miseria natural de nuestros pueblos debido al acumulamiento de la riqueza en pocas manos. Es ineludible ignorar la política social, el reparto agrario, la intervención del Estado en la economía y la legislación laboral, pero todo esto no se podía lograr sin la intervención y apoyo de los trabajadores organizados. El régimen aprovechó durante 40 años la inercia de las políticas populares y patrióticas del General Lázaro Cárdenas, pero el gobierno de Miguel Alemán trató de enderezar el rumbo neo-porfirista usando el ejército, destruyó la autonomía y democracia de los sindicatos; aunque los campesinos en su papel de insurgentes de la UGOCM que posteriormente derivan en el grupo guerrillero que asaltó el cuartel Madera demostraron al final de los 60, que en el campo aún se encontraba en la básica etapa de progreso denominada neo-latifundismo. También no podemos dejar de mencionar que el ejército tomó con violencia las instalaciones del sindicato ferrocarrilero en 1958 y disparó contra los estudiantes en 1968, y 1971. No dejemos de mencionar que en su discurso legitimador para el régimen el discurso es una de las piezas torales de su legitimidad, junto con la aparente eficacia de su política económica. La agricultura En el mundo rural de ejidos y comunidades de agricultores se prevé una gran inversión de parte de los chino s más no del gobierno, que va a impulsar al campo empobrecido por treinta años de régimen neoporfirista. Para el nuevo marco jurídico el banderazo fue hecho por Enrique Peña Nieto (EPN) en Veracruz, el 6 de enero. Esta acción con la referida reforma prepara al campo para emprender proyectos similares en países africanos. Esta acción legal será preparada para el Congreso en el siguiente período legislativo lo que constituye un adelanto tratando de emular el 99 aniversario de la primera ley agraria promulgada por el ex presidente Venustiano Carranza. Aunque después de dos meses ha habido una serie de explicaciones del ejecutivo federal; el 5 de marzo no hizo alusión alguna en Colima, pero ya en enero EPN dijo: “no se va a caer en especulaciones de ningún tipo ni alimentar las que eventualmente hubiera, el gobierno de la República no ha propuesto ni propondrá iniciativa alguna que modifique el régimen de propiedad social que hay en nuestro país”. Pero la reforma al campo no formó parte del Pacto por México, lo cual motivo entre otras razones a diversos líderes campesinos a solicitar al ejecutivo federal a la firma de una cuerdo para el campo a lo largo del 2013. La pretensión de estos líderes campesinos es el fracaso de las modificaciones al 27 constitucional de 1992, y del capítulo agropecuario del tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y a la injusticia que maneja el gobierno mexicano a los campesinos y a las trasnacionales relativo a los prestamos para el campo, después de 20 años de aprobadas estas modificaciones. Con las anteriores menciones de los fracasos en las reformas y trato discriminatorio los problemas no se resolvieron al contrario la dependencia alimentaria fue creciente y la pretensión de avanzar en la expulsión de los campesinos de sus tierras y la compactación de los predios se encontró con una resistencia del campesinado mexicano. Al enfrentarse ante los embates del gobierno y el proyecto del Banco Mundial, tratando de meter a esta gente campesina al mercado de agronegocios, se respondió con una resistencia colectiva, al margen de las organizaciones tradicionales. Todos estos campesinos se organizaron y colectivamente se incorporaron al Programa de Certificación de Derechos ejidales y titulación de solares urbanos (Procede), pero alrededor del 70 por ciento registró sus tierras como propiedad de uso común. Con esta acción pudieron lograr que las trasnacionales y el gobierno federal se detuvieran y se mantuvieron como estaban antes de la contra-reforma salinista al 27 constitucional. De 31 mil núcleos agrarios que hay en el país, quedaron fuera del programa unos 2 mil 700, la mayoría indígenas. Sin embargo estas tierras comunes, son en su mayoría de mala calidad, pero es donde se encuentran los bosques, concesiones mineras y fuentes de agua que las compañías de refrescos frecuentemente se hacen de ellos, por lo que se han convertido en el deseo de los grandes inversionistas. Aunque el gobierno federal se esmeró en expulsar a los campesinos de sus tierras, no disminuyó en términos absolutos, ya que en 1992 había 28 millones de habitantes en el campo, la misma cifra existe hoy día, a pesar de la migración a las ciudades y a Estados Unidos. A contrapelo de los técnicos gubernamentales y a la necesidad de pulverizar a los campesinos de acuerdo al TLCAN, en el campo había 4.5 millones de unidades productivas, y hoy existen 5.5 millones. No todo es miel sobre hojuelas a pesar de la resistencia campesina e indígena las trasnacionales del sector avanzaron a fondo en la renta de tierras de riego y en la compra de predios comunitarios e zonas conurbadas y de desarrollo minero y turístico. Aunque no es la cantidad que el gran capital requiere y esto es posible debido a los candados legales que permiten que los labriegos e indígenas se defiendan. Por estos hechos es que la mitad del territorio nacional esta en manos de labriegos, y por esta razón es que les ha sido declarada la guerra por las trasnacionales, el empresario nacional y el gobierno federal. El régimen autoritario En el 68, debido a la noche de Tlatelolco y los halcones –golpeadores profesionales- , hubo numerosos sectores que despertaron y vieron la incapacidad del régimen para incorporarlos y atender sus demandas de libertad, justicia social y económica, lo que después de la crisis y la inflación de 1982, nos da dos elementos claves del régimen, y que han perdido vigencia en el devenir del tiempo hasta vaciarse de contenido. El discurso del régimen se basaba en la continuidad histórica del México antes de la llegada de los españoles, la Independencia, la Reforma, y la Revolución, mediática pero enseñada como popular, nacionalista y a favor de los campesinos, claro que esto lo manejaban a su conveniencia de una forma mecánica y maniquea. Lo que a muchos nos engañaron al presentar al partido del PRM y después PRI como heredero de aquellas luchas campesinas y obreras y se auto-vanagloriaba como el encargado de administrarlas. Sin embargo todas estas historias fueron desmanteladas con argumentos válidos para hacer perder al régimen sus fuentes de legitimidad, y esto se dio entre 1967 y 1982 por medio de una docena de libros indicativos con autores a los que se les llamaba genéricamente “revisionistas” en los que nadie podría defender la continuidad postulada por Jesús Reyes Heroles, salvo ignorancia, cinismo y estupidez. Esta devastadora ofensiva tuvo evidencias en 1982 donde las devaluaciones sucesivas, la inflación creciente, y el rumbo neoliberal, le quitó al régimen su pilar principal: la eficacia económica, de donde vino la caída del sistema PRI-PAN, reflejándose esto en la derrota electoral del PRI en 1988. (La Jornada, política, p.p. 16-17, 8 de Abril, 2014).

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