jueves, 29 de septiembre de 2016

Promete criminalizar a latinos

Internacional/ política
Trump pierde el apoyo del votante latino y mexicano
Trump promete criminalizar a latinos
Por: Carlos Damián                                           Sept 6, 2016
El encuentro con el presidente mexicano es surrealista: The New York Times
México. -  Después de regresar del viaje exprés a México, hostigara y vigilará a los indocumentados prometiendo regresarlos a su país, terminando la especulación sobre si el candidato pensaba moderar su retórica enemigo del migrante para la recta final de la contienda política. Aunque sus bases políticas que sostienen su discurso de odio, racismo, discriminación y xenófobo expresaron su felicidad con sus declaraciones, esto anulará toda posibilidad de obtener mínimo apoyo entre el electorado latino y mexicano. Esto anula toda esperanza de obtener la posibilidad de incluir el apoyo de los latinos, mujeres, segmento lésbico-gay, y parte del segmento de afroamericanos que rechazan el discurso de odio, y en suma de ganar las elecciones presidenciales el 8 de noviembre. En su discurso en Phoenix, después de regresar de la visita al inquilino de Los Pinos, el candidato republicano deja en claro que los inmigrantes latinos son los responsables de los peores delitos en su país, pues matan a “innumerables estadounidenses”, y son la mayor amenaza a la seguridad pública y nacional del país de las barras y las estrellas.

Por lo que en su discurso sigue insistiendo que va a construir un muro que pagarán los mexicanos, y que desde el primer día insistirá en realizar deportaciones masivas –aproximadamente 6 millones, entre ellos muchos menores de edad, hijos de inmigrantes indocumentados- y anulará todas las medidas impulsadas por el gobierno de Barack Obama para amparar a varios millones, incluye en sus medidas draconianas en desaparecer el ObamaCare –entre ellos los children dreamers- y  -incluye la policía de vecindad- y las fuerzas de seguridad pública que se han dedicado a detener y deportar a los indocumentados, y en su discurso de odio afirma que no habrá amnistía nada que se parezca a una amnistía. En su visita relámpago a México, y como si estuviéramos en una resaca después de una borrachera salvaje, los periodistas intentan reconstruir lo que realmente sucedió con el presidente de México y su ministro de hacienda, que se reveló como un activista político a favor de Donald Trump, se incluye su vista a Phoenix. El consenso regular entre todos ellos es que sigue siendo el mismo actor satánico y bravo, con la misma visión xenófoba, arrastrando la cobija de todo su odio, y rencor hacia el migrante latino que desde un principio ha enarbolado como su principal arma en su vacía campaña política. El periódico estadounidense The New York Times, en su visita al inquilino de Los Pinos, “pintó a México como un país de violadores, contrabandistas de droga y estafadores de comercio”, fue tratado como “mandatario visitante en una conferencia de prensa”, pero Trump no se sensibilizó nada, al contrario retomó con mayor frenesí su discurso de odio y rencor a México.

En su propuesta hueca y satánica dice que va a hacer la vida “miserable” y trató de argumentar su odio al compararlos con los tornados “están huecos en el centro, pero hacen mucho daño”. Realmente así es como retrató su vida y su discurso político el yanqui, con boca chica, y carente de pelo pero enorme en su deseo de hacer daño, al sector pobre y miserable de Estados Unidos.  El gobierno activista del republicano, lo trató como un gran estadista, pero retornó a Estados Unidos, “en el temor y sospecha de, racismo y misoginia… y su promesa de sacar a los 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin permiso”.  Con este afán de hacer daño a los latinos, ha perdido el poco apoyo de los líderes latinos que se atrevieron a ofrecerlo. Estos líderes dicen que al escuchar su discurso, anuncian que renuncian al Consejo Nacional de Asesoría Hispana de la campaña política de Trump, bueno con esta bolsa de boñiga y su discurso vacío que no ha moderado en nada, y perciben que han sido “usados”, y están evaluando su posición en la campaña política xenófoba.

El discurso de Trump es ”la posición más extrema de cualquier candidato presidencial en la era moderna” (Frank Sharry); “si vives sin papeles deberías vivir en temor. (Trump) promete, y amenaza, que la policía… sólo está esperando una luz verde para tirar tu puerta… entregarte a las autoridades migratorias para deportarte” (Dara Lind); “Esta fue pura política ensangrentada de nacionalismo blanco que ha encendido a una minoría significativa del electorado”, (John Marshal). En suma lo que logró Trump después de Phoenix y México es perder el poco electorado que había engañado con su discurso de odio y rencor, incluso dentro del Partido Republicano, los que han advertido que ha perdido un porcentaje significativo de ese voto con el cual Trump no podrá ganar la elección presidencial. Mientras en su viaje político, post mortem, según Jorge Ramos, conductor del noticiario nacional de Univisión –una de los líderes de opinión más significativos en el mundo latino- comentó que como escritor en las páginas de opinión en el periódico Washington Post, y reitera que la reunión fue entre “los dos políticos más odiados por mexicanos en ambos lados de la frontera. Fue un encuentro de los más impopulares” hombres de estado. Ambos dirigidos por líderes de opinión de sus respectivos partidos, se reunieron porque ellos “pensaban ganar, pero al final sólo Trump lo logró”, ya que no cambió sus posiciones y se fue “sin ofrecer una disculpa al pueblo mexicano”. (La Jornada, David Brooks).

Añade que Trump fue el que ganó en la reunión con EPN, pero “su verdadera prueba será el 8 de noviembre en Estados Unidos. A diferencia del presidente mexicano, los latinos aquí no permanecerán callados”, y perdidos en su propia y miserable existencia. “No hay duda el viaje a México Trump obtuvo un éxito resonante”, y le ofreció una oportunidad de estrenar al “Trump diplomático” y recibir el “sello presidencial” de su anfitrión, quien quedó como el perdedor de la apuesta, y es lógico EPN, no tiene ningún sello diplomático, y de estadista menos. Trump uso como accesorio y mueble útil al presidente mexicano para sus fines electorales en Estados Unidos, y el presidente mexicano con esta obra pública logró que “de las cosas buenas nadie habla”.

Andrés M. López (AMLO) reitera que es una cortina de humo, la visita de Trump con el inquilino de Los Pinos, y “dirá puras mentiras”, “es una cortina de humo” para desviar la atención” de los ciudadanos sobre el incremento de los combustibles y su correspondiente impacto en la economía popular, pues se trata de un “impuesto al pueblo consumidor”. Esto pasa por la corrupción que prevalece en el gobierno de Peña Nieto, lo que anteriormente fueron las administraciones pasadas de Vicente Fox, y Felipe Calderón (PAN), ellos como el actual no construyeron ninguna refinería de petróleo, y comprar gasolinas, es como si vendiera naranja y se compra jugo de naranja a Estados Unidos. AMLO consideró “la mejor política exterior es la interior”, y antes de invitar a extranjero que te usen como un trapo viejo, el presidente debería considerar garantizar asuntos internos como la estabilidad de la economía. Pidió “prudencia, respeto y firmeza” ante políticos extranjeros portadores del mensaje de odio y rencor de un viejo imperio que se está cayendo a pedazos. “Por principio de cuentas no debió aceptar la visita de Trump que no tiene experiencia de política ni estadista, es un “error” histórico. Morena piensa en colocar un muro a la intolerancia del partido republicano a lo largo de la frontera. (La Jornada, opinión, p.p. 16-17, Septiembre 7, 2016).

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