miércoles, 19 de agosto de 2015

Dilmadura



Internacional
La compañía participa en licitación de campos no convencionales
Dilmadura
Por: Carlos Damián                                             24 de Julio, 2015
Esta fase se extiende a 4 años; desarrollo y producción más adelante
México. -   El pasado 15 de agosto hubo una serie de protestas alrededor de cien ciudades en Brasil para exigir la renuncia de la presidenta Dilma Roussef, y simultáneamente denunciar la corrupción que permea los altos niveles de gobierno encabezados por el PT. De acuerdo a fuentes policíacas, se encontraban más de 800 mil participantes en distintas manifestaciones en el país, lo cual significa un aumento con respecto a la movilización de 12 de abril de 2015. Se visualiza un desgaste del gobierno en la propuesta social iniciada hace una década, que ha tenido sus éxitos al reducir la pobreza y la desigualdad social, lo cual ha permitido sostener índices significativos de crecimiento económico. La derecha se concentra en Sao Paulo, donde fue una concentración significativa. Este proyecto social que va unido a políticas económicas como: aumento de salarios bajos para empujar al comercio interno, el empleo repunta para las clases bajas, y el impulso de la economía. En México sólo se mantienen el impulso de políticas asistencialistas sin empujar al comercio interno, no hay aumentos salariales significativos por lo que el comercio interno se encuentra detenido, y el empleo se ha mantenido igual que siempre, bajo. El proyecto brasileño hace frente a circunstancias económicas adversas, al ejercicio del poder durante 12 años lo que tiene un desgaste político de la izquierda (PT), y se mantiene el cáncer de la corrupción entre integrantes del partido en el gobierno.

Este experimento político enfrenta golpes del exterior que manipula los mercados financieros en contra de ellos, los malestares políticos son restregados al gobierno en el poder, genera carestía de productos básicos, y estos errores tienen en los medios mediáticos una exacerbación para denunciarlos. Esta situación no es casual, al observar a los gobiernos latinoamericanos aliados en  lo económico  y en lo político con Washington  y con Europa Occidental como es el caso de México, Colombia y Perú, estos no se ven afectados por esta corriente desestabilizadora, a pesar de que en estos países con sus políticas neoliberales es evidente el desastre económico, social y político. En el caso de estos países alineados, si nos enfocamos a las estrategias militares dirigidas a las organizaciones criminales de delincuentes, se traducen engraves violaciones a derechos humanos. Por lo tanto podemos deducir que estas políticas en el continente americano se asiste a un programa encubierto, para depurar y debilitar a los gobiernos que resulten incómodos a los capitales trasnacionales, y jefaturas del poder occidental.

Estos factores pueden ser por la creación de un orden multipolar, impulsados por Brasil al integrar su pertenencia al bloque BRICS, compuesto por Rusia, India, China y Sudáfrica, para integrarse regionalmente en el cono sur y ejercer su soberanía nacional, y tal vez por sus políticas de redistribución y bienestar de la riqueza nacional. En el caso de México ha llenado de petróleo y gas la piscina de los grandes consorcios estadounidense, por lo que no se teme ningún ataque a excepción de la política tipo nazi del payaso Donald Trump. Las políticas asistencialistas no palian la pobreza ni la resuelven ya que no se tiene un proyecto sólido, es solo propaganda social sin proyecto económico, esta situación no genera empleos para los ciudadanos pobres y sus salarios son para aumentar el hambre, sin resolver su situación crítica. Por lo que se deduce que es un completo fracaso desde su concepción, desarrollo y objetivos falsos. Esta ola desestabilizadora no llegará a México a pesar de la corrupción de la clase gobernante, y sus intentos de satanizar a Andrés Manuel López Obrador, al acusarlo de populista y dirigente mesiánico. En tiempos del expresidente Felipe Calderón se le acusaba de un peligro para México, y esta política de desacreditar al enemigo no les dará resultado, es más de lo mismo.

Juicio político a Dilma
Tal vez los empresarios tengan diferencias ideológicos con Dilma Rousseff, pero los llamados a que sea sometida a juicio político los pone nerviosos, lo que de hecho pone a la gobernante con un apoyo inesperado del sector empresarial. A esta comunidad le preocupa que una salida traumática convierta un periodo de incertidumbre política en una recesión que según los expertos podría traducirse en una contracción de la economía de dos por ciento para 2015. Este tácito respaldo de los grandes empresarios y un acuerdo tentativo con un Senado rebelde podría ayudar a sobrevivir esta crisis política, después de su segundo mandato de cuatro años. Afirma Alencar Burti, presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio de Sao Paulo; “Necesitamos hallar una solución por encima de intereses personales”, sostiene. La mayoría teme a la incertidumbre, a pesar de que algunos susurran a los legisladores, que un juicio político resolvería la falta de credibilidad. Aunque a esta campaña mediática del exterior se reúnen los principales grupos industriales y la poderosa corporación de medios, Globo Comunicacao e Participacoes,  exigiendo un acuerdo para asegurar la estabilidad económica y social.

A esta comunidad de hombres de negocios esperan que la presidenta abandone su intervencionismo económico, pero Rousseff tiene el apoyo del legislativo, y con una agenda  de mercados propuesta por el presidente del senado, Renan Calheiros, y además se organiza una reunión con los líderes de las grandes compañías del país, en busca de apoyo para revitalizar la economía. Este plan ya había sido proyectado por la cúpula de hombres de negocios que lidian con el sistema impositivo y la difícil burocracia brasileña.  Se impulsan permisos medioambientales via fast track, aumento de garantías con el Estado y el proceso de cobro de impuestos sea más sencillo. Tal vez estas medidas para impulsar la economía llegan tarde pero ayudaran al empresario para que recupere la confianza en el Estado, según Paulo Protesio, jefe de la Cámara de Comercio de Rio de Janeiro. Aunque sigue siendo una amenaza el desafuero de la presidenta, debido a que los opositores argumentan del beneficio de donaciones ilegales para su campaña política, pero Rousseff tiene la esperanza de salir indemne debido a victorias políticas y judiciales que derriban la votación del juicio político en el Congreso Nacional.

Brasil vive intentos de desestabilización por fuerzas foráneas que han radicalizado sus demandas hasta llegar a impulsar la salida del gobierno de Dilma Rousseff, meta a la que se unió  el político neoliberal Fernando Henrique Cardoso, que en su administración pasada dejó saldo de una gran catástrofe tras su paso por la presidencia. En suma se deja ver la presencia de este infame político en la convocatoria de la extrema derecha en los mítines del domingo pasado, cuando se unieron grupos promotores para restaurar una dictadura militar.  Esto nos sugiere que mientras que los gobiernos afectados sigan frente a los poderosos intereses de occidente, y pretendan continuar con sus políticas sociales, y comerciales, seguirán con las andanadas del exterior. Para mayor claridad, el proyecto del Partido del Trabajo debe depurarse, e inventarse de nuevo para superar el desgaste político y otro tanto deberá hacer, Argentina, Venezuela y Ecuador, pero deberán superar sus antagonismos internos entre instituciones, recuperar la iniciativa política, y proyecten este cambio en sectores de la población que fueron ganados por oposiciones locales que fungen como golpeadores profesionales. Se espera que el cono sur se consolide como un polo articulado, y que no sufra una trágica regresión a las democracias de cartón con pies de lodo, con orientación neoliberal, de signo oligárquico y autoritario, o en el peor de los casos dictaduras militares que asolaban la región, como hordas brutales y deseosas de sangre y muerte. (La Jornada, política, p.p. 6-7, Julio 22, 2015).

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