lunes, 20 de octubre de 2014

El estado islámico: Obama

Internacional
El imperio del norte en contra del estado islámico
El estado islámico: Obama
Por: Carlos Damián                                         11 de Septiembre, 2014
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México. -   En un mensaje emitido ayer (10/09/14), el presidente de Estados unidos, Barack Obama, anunció que su país “encabezará una coalición amplia”, que incluirá operaciones militares estadounidense en Siria e Irak, con el fin de “sacar al Estado Islámico (EI)  de donde quiera que esté, utilizando nuestro poder aéreo y nuestro apoyo a las fuerzas aliadas sobre el terreno”. Entre otras acciones, el mandatario anunció el envío de 475 efectivos a Irak para apoyar y equipar a las fuerzas iraquíes y kurdas, así como entrenar y armar a los rebeldes sirios “moderados” en su lucha contra EI, si bien afirmó que, a diferencia de lo que ocurrió en las guerras de Irak y Afganistán en 2011 y 2013, en esta campaña Estados Unidos no desplegará tropas de combate sobre el terreno. Formulado  en la víspera del aniversario de los ataques terroristas (11/09/14), del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, el mensaje muestra la persistencia de la Casa Blanca, sea quien sea su ocupante, en una visión distorsionada y falaz de los fenómenos del mundo islámico en general y del surgimiento de ese grupo yihadista en particular.

A guisa de ejemplo. Washington desconoce o pretende ignorar sus propias responsabilidades directas e indirectas en la gestación de EI (El gobierno federal de Estados Unidos siempre fue el principal apoyo que tuvieron los militares de EI, por lo que en sus armas,  bastimentos militares y transportes está la factura del Imperio del Norte). Al Qaeda y otras expresiones del integrismo violento. El anuncio del inicio de operaciones militares aéreas en Irak y Siria obliga a  recordar que han sido precisamente las aventuras bélicas iniciadas en esos y otros países por los antecesores de Obama las que han sembrado múltiples factores del encono estadounidense y antioccidental en la región, al tiempo que han destruido elementos de estabilidad y contención a la proliferación de grupos integristas: debe recordarse que uno de los acicates principales de ese fenómeno fue el derrocamiento del régimen de Saddam Hussein por el gobierno de George W. Bush, que derivó en la fragmentación política y el descontrol del territorio iraquí y qué engendró un caldo de cultivo para la proliferación de grupos integristas como Al Qaeda en Irak.  A lo anterior se suman los indicios cada vez más numerosos y documentados, de que Estados Unidos influyó deliberadamente en el surgimiento y fortalecimiento de EI mediante el apoyo militar brindado a los grupos rebeldes armados en Siria.

Obama asegura contar con la “autoridad” para el combate en Oriente
El presidente estadounidense, anunció que ampliará sus ataques aéreos a Siria, y advirtió que no “vacilará” en adoptar acciones contra el Estado Islámico de Irak y Levante (conocido como Isil, y que se autonombró como Estado Islámico, EI). Dijo que cuenta con al “autoridad” para emprender esta estrategia, y aseveró que hay apoyo bipartidista para combatir a los yihadistas. En un mensaje a la nación de menos de 15 minutos, en el que expuso su estrategia contra el Isil, el mandatario demócrata anunció que ordenará expandir significativamente la campaña militar contra yihadistas sunitas, con medidas que incluyen continuar y ampliar los bombardeos contra sus posiciones en Irak, enviar 475 nuevos asesores militares a dicha nación y “entrenar y armar a los rebeldes moderados” que intentan derrocar al gobierno del presidente sirio, Bashar Assad, desde 2011. “No vacilare en adoptar acciones contra EI en Siria, así como en Irak”, expresó el residente. Agregó que ordenará expandir significativamente la campaña contra los militantes sunitas en Medio Oriente, lo que incluye bombardeos aéreos en Siria.

A casi un mes después de ordenar bombardeos aéreos en Irak, Obama subrayó que las acciones que propone para erradicar “el cáncer” de los yihadistas no contemplan el envío de tropas, y subrayó que no serán iguales a las guerras de ocupación en Irak y en Afganistán, de donde el ejército estadounidense ya se replegó. Insistió en que aunque seguirá habiendo riesgos para los efectivos que sean enviados a Irak, en esta ocasión los soldados no se enfrascarán en combates e irán exclusivamente como asesores, para entrenar y apoyar a las fuerzas nacionales que luchan contra el avance del Isil. El presidente enfatizó que el combate a los yihadistas deberá ser un esfuerzo de naciones aliadas lideradas por su país. Afirmó que  combatientes del Isil provienen tanto de Estados Unidos como de Europa, y que se corre el riesgo de que alguno de sus ciudadanos regrese a su territorio y ejecute un atentado. Washington liderará una coalición internacional que perseguirá “donde quiera que esté “ el grupo yihadista, afirmó. Esta estrategia de acabar con terroristas que nos amenazan, y simultáneamente, apoyar a nuestros aliados en el frente de batalla, es la misma que hemos llevado a cabo con éxito en Yemen y Somalia durante años.

Las organizaciones terroristas islámicas apoyadas por Estados Unidos
Lo cierto es que las facciones integristas en ese país y en Irak podrían haber sido los principales beneficiarios de la asistencia militar de Washington y sus aliados , como ocurrió en la década de los 80 con el apoyo brindado  por la administración de Ronald Reagan a las fracciones fundamentalistas en Afganistán contra la Unión Soviética, y como podrá suceder nuevamente en el futuro inmediato, a la luz del apoyo ofrecido por Obama a las organizaciones armadas kurdas, que hasta hace no mucho se encontraban en los catálogos de “organizaciones terroristas” elaborados por Estados Unidos. Por lo demás, con el anuncio emitido por el gobierno federal del imperio del norte se desdibuja en buena medida la política de la Casa Blanca en la región, establecida por las pasadas administraciones y a las que se ha plegado Obama de manera sistemática. En efecto, por más que el ocupante de la silla presidencial diga que las acciones dadas a conocer ayer no implican una alianza con el régimen sirio de Bashar Assad, el solo hecho de iniciar una campaña militar contra EI, enemigo declarado de los gobiernos de Siria, Irán y Rusia, coloca a Estados Unidos en el mismo bando de éstos.

Con respecto a Siria, Obama dijo: “al otro de la frontera hemos incrementado nuestra asistencia militar a la oposición siria. Esta noche hago un llamado al Congreso para darnos autoridad adicional y aprobar los recursos necesarios para entrenar y equipar a estos combatientes. En su estrategia política-militar, aseveró que su país seguirá dando asistencia a los civiles inocentes que se han visto desplazados por la violencia, y no permitiremos que sean echados de sus tierras milenarias. También señaló que un día antes del ataque del 13 aniversario del ataque contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el país está más seguro, tiene una tasa de desempleo a la baja, y “ha liderado la oposición a Rusia y la defensa de Ucrania”, y sus militares logran enormes avances al apoyar a los estados africanos con su presencia in situ. Aunque Cuba no se hizo menos ya que envió a miles de médicos de la nueva generación que envió a África para la cura del ébola que se ha constituido en una epidemia sanitaria de magnitudes enormes, ya que migró del campo a las ciudades africanas.

El hecho es que Obama anunció la conformación de una “amplia coalición” de países y de grupos armados irregulares sin  tener, por lo que puede colegirse, una política de alianzas clara, y cabe dudar que semejante aventura pueda tener los resultados fijados por el jefe  estadounidense. Por el contrario, y a juzgar por los antecedentes, las incursiones bélicas estadounidenses en Medio Oriente, el golfo Pérsico y Asia menor, sean terrestres, aéreas, navales o las tres juntas, han dejado además secuelas de incalculable destrucción humana y material, nuevos y más virulentos rencores históricos que más temprano que tarde se concretan en grupos cada vez más hostiles y violentos. Y no hay motivos para pensar que en esta ocasión las cosas ocurran de manera distinta. (La Jornada, política, p.p. 5-28, 11 de Septiembre, 2014).

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