jueves, 27 de abril de 2023

Una retrospectiva de Bucareli

 

Nacional

El Déja Vu de Roosevelt                                                        2/2

Una retrospectiva de Bucareli

Por: Carlos Damián                                                      27 de abril, 2023

México. -    Para saborearlos debemos darle un bocado cada vez en retrospectiva a otros regímenes del mundo. Lo primero es volver en el tiempo, los años del new deal entre 1933 y 1939, con el presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR), de los EE.UU. Se vendió con las tres R de Roosevelt, que eran alinear, reformar, y recuperar por sus nombres en inglés (believe, relief y recovery). Este presidente surgió de la crisis financiera que hubo en 1929, y que eventualmente precipitaría al mundo a la segunda guerra mundial. La idea era gobernar para los olvidados y su primer objetivo era aliviar, y se refirió a regenerar 8.5 de empleos temporales en la regeneración y construcción de bosques. Piensa en el periodo neoliberal, como una guerra, como una crisis económica y política, moral y cultural que duró los últimos 40 años. Y ahora piense en los programas de alivio del presidente Amlo, becas para aprendices, obras de infraestructura que quedaron abandonadas, polos de atracción para los trabajadores de la construcción, y el sembrando vida del presidente mexicano.

En lugar de reformar Roosevelt, en los treinta él trató de regular todo el dinero especulativo responsable del crack financiero de 1929, en la bolsa de valores de Nueva York. Se legisló sobre el trabajo infantil, los salarios mínimos y las jornadas de trabajo, intervino con fuerza para controlar los precios de los alimentos, y piense ahora en López Obrador, y su separación entre política y negocios de los privados, como una forma de terminar con el neoliberalismo rapaz.  En México no solo se creó una casta empresarial inseparable de los funcionarios públicos del prianato, contubernios en leyes, sino empeñada en transformar a México, en un enclave neoliberal. Piense usted ahora, en los aumentos a los salarios mínimos que en tiempos neoliberales de crisis se aseguraba que se disparara la inflación, en la lucha contra el outsourcing, es decir en la contratación de los trabajadores como externos sin seguridad social ni prestaciones que antes eran un hecho, e impresa en los contratos de trabajo, y estabilidad laboral que ahora se extraña. También de los precios garantizados de las cosechas de maíz y frijol, y los apoyos al campo y a los pescadores.

Control de la luz y petróleo

Ahora en la revisión de casos de un millón de contratos colectivos de trabajo que en tiempos del priísmo, los cuidaban los millonarios lideres de las principales centrales obreras. Y en los paniaguados los mercadólogos del “échale ganitas”, pues la ganancia colectiva no sabe a buen éxito. Pues se consideraba el éxito individual como buenos egoístas cuando llegabas a la meta. Y Roosevelt al igual que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), reconoció la importancia estratégica del control de la electricidad, por parte del estado, y fundó una compañía estatal que le permitía influir en los precios de la luz y evitar inundaciones por el desfogue de presas. Además, el presidente gringo, inauguró sus charlas caseras, un programa de radio en el que informaba de los resultados de las intenciones del new deal, que a diferencia de Amlo que trabaja en las mañaneras, el gringo lo hacía por las noches.

Al final el gran obstáculo, del new deal fue la suprema corte que trató de declarar inconstitucional muchas de las acciones del gringo presidente, pues intervenía el estado en la economía, pero no pudo intervenir la permanencia del expresidente de la depresión americana, en la presidencia durante doce años.  Era la frase relevante de Roosevelt para nosotros: “gobernar es justicia, más infraestructura”.  La idea de que existen obras y servicios pues los negocios privados no pueden garantizar, ya que están limitados por sus ganancias y utilidad esta en el centro de la cuarta transformación de México (4T).

Un aeropuerto, o una carretera transístmica solo puede provenir de un estado, muy objetivo en el interés general y de la nación.  Es una inversión pública, que trata de darle continuidad al país, más allá de lo inmediato de los rendimientos. En el período neoliberal los doctores en economía de Harvard y del ITAM, decían estar en una cruzada contra los monopolios del estado, y dentro de ellos, se incluía la luz, las gasolinas, las fábricas de agro nitrogenados y reducir al estado era reducir a una mínima parte de la empresa y sus públicos eran vistos como gastos, no como inversión. Pero jamás diferenciaron que la soberanía de un estado marca los límites de las decisiones que le dan consistencia a un país hacia el futuro. Los empresarios no tienen por qué actuar en ese marco soberano porque sus obligaciones son ganar el máximo de dinero para sus accionistas.

No importa crear 8.5 millones de pobres energéticos

Así, que como sucede con la luz, el gas y la gasolina, en Europa lo que menos importa es si con tus precios monopólicos, creas 8.5 millones de pobres energéticos, como en España donde la gente tiene que decidir en pagar la energía o comer carne.  Por la sencilla razón, de que no le alcanza para las dos opciones.  Por eso el estado no puede ser pensado, como hacían los neoliberales, como una empresa, como un monopolio. Digo, es absurdo y ridículo. Como un monopolio que debe deshacerse, porque tendería a haber utilidades donde solo debe haber inversión en la soberanía del estado y de la nación. Lo que falló en España, y su electricidad no fueron más los monopolios que se pusieron de acuerdo para fijar un precio de la electricidad cada vez más alto.  Sino el estado español, que no supo ver las funciones, para las que había sido elegido por los ciudadanos españoles.

Así, en este transitar volvamos al aeropuerto, simboliza a la 4T como un redirigir la atención a los fines del staff.  Desde su creación esa relación de obediencia, y voluntaria que llamamos legitimidad.  Ha tenido dos piernas el cobro de impuestos y el ejército. Uno es para hacer las obras de interés general del estado que no pueden hacer los privados, definidos por sus fines de lucro y el otro es porque el ejército en un estado es el único organismo de subordinación y acato que puede construir en tiempo récord, cosas como un aeropuerto civil y ayudar a repartir vacunas hasta el poblado mas lejano.

En un país que como el nuestro tiene a la tercera parte de su población, viviendo en localidades. Una de las criticas de los medios corporativos de la oligarquía, al aeropuerto fue que lo militarizaron, pero los estados tienen ejércitos, como agrupaciones disciplinarias,  como la escuela y la cárcel,  y como ellas depende de que hagas con ellas.  Digo, militarizar no es que haya gente con uniformes, construyendo un aeropuerto, es que el ejército invada la vida privada de las personas civiles, como en el caso del Chile del dictador de Pinochet, que prohibía que se reunían más de tres ciudadanos, ante los estados de sitio.  Represión y ejército no son sinónimos, y se puede usar a los ingenieros y médicos militares en labores que no sean las masacres y ejecuciones sumarias como en Chile de los tiempos de represión y asesinatos por doquier. Decir que se militariza a un país porque se usan a sus soldados en labores de construcción, equivale a decir que los impuestos se cobran como una forma de robo.  Los dos son pilares de un estado, y conforman el espacio de su decisión para darle continuidad a un país en el futuro: como nacionalizar el litio, o nacionalizar la electricidad que paso del control del estado del 35 al 53 por ciento, de las fuentes privadas compradas a Iberdrola de 13 plantas productoras de ciclo combinado.

Cajón de sastre

Es inevitable ver un contraste, entre la gente circulando por las pistas del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, sacándose fotografías, de la fuente de la piedra del Sol, y celebrando con el estupor y la indignación de los conservadores cuando se abrieron al público las instalaciones vacías de la residencia presidencial de Los Pinos, la gente insultando a las estatuas de los ex presidentes, el fervor en torno al nuevo aeropuerto abierto al público, está dirigido a una idea que los neoliberales nos habían dicho, que era vieja, que no era moderna, e ineficiente el estado. Sobrevivimos, a la larga noche de la corrupción por sus instituciones de educación y salud.  Que no fueron del todo desmanteladas, y ahora el retorno de la idea de gobernar del new deal del presidente gringo Roosevelt, que ahora en México se llama proyecto de la 4T.  Gobernar es justicia más infraestructura, y esto resuena como un arraigo de una frase moderna, no el del nacionalismo revolucionario, sino en la novedad de una república de los antes excluidos, donde el país además de ser un territorio se vuelve también un compromiso. (Los escritos fueron recopilados en las redes de internet, Guadalajara, Jalisco, a 27 de abril, 2023).

“El aeropuerto”, video comentario de Fabrizio Mejía, Sin embargo, al aire, 17/03/2022

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