jueves, 30 de abril de 2020

El agresivo Lozano

Nacional
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El agresivo Lozano
Por: Carlos Damián                                                             27 de abril, 2020
México. – Gilberto Lozano, fue parte del gabinete del Vaquero Loco, Vicente Fox, en la Secretaría de Gobernación junto con Santiago Creel: fue Oficial Mayor de la Secretaría que hace los trabajos sucios en el gobierno federal a partir del año 2000. Es Asesor en COPARMEX, grupo de “empresarios” que financiaron la guerra sucia en contra de Andrés Manuel López Obrador y también fueron quienes impulsaron las reformas energética y laboral cuyos resultados han llevado a la quiebra a los mexicanos y aumentado desmesuradamente la miseria en el país.
Este farsante, Lozano González, pide que los regidores no deberían cobrar: pero cuando fue parte del gabinete de Vaquero Loco, Vicente Fox, se agenció de un sueldo superior a los 200 mil al mes y luego se consiguió un suculento bono por su “desempeño”. Sus vínculos sospechosos son: su brazo derecho, Julián Lebaron –saboteador y terrorista de derecha- y Emiliano Salinas Occelli –hijo y heredero del negro historial y estilo de su padre Carlos Salinas de Gortari y su tío, el matón Raúl Salinas-.

Este farsante, sucio y nefasto conservador, trae una campaña que se reduce a: Venta del producto (“Congreso Nacional Ciudadano”); Ausencia total de propuestas serias (“hay que tumbar a los políticos”) para generar confusión; Aplicar una Terapia psico-social de lavado de cerebro (“piensa en los leones”); Desviar 5 millones de votos (para dividirlos y beneficiar a Margarita Zavala o al PRI). Gilberto Lozano es quien encabeza hoy en día la guerra sucia contra AMLO. El Consejo Coordinador Empresarial está detrás: fueron quienes organizaron la guerra sucia contra López obrador hace 10 años, y hoy están de nuevo haciendo lo mismo por internet, utilizando los mismos argumentos. Pretendió desviar 5 millones de votos para el 2018, con el fin de que Margarita Zavala (la mujer del borrachales Felipe Calderón) llegue sin problema a la presidencia de México, o al menos que esos votos se dividan para pan y PRI. La élite empresarial de donde sale y se sostiene a Gilberto Lozano, son quienes más ganan de la corrupción del gobierno, ya que les perdonan pagar los impuestos (la élite empresarial debía a fines de 2013, más de 215,000 millones de pesos en impuestos) al fisco. Impuestos perdonados en las 10 empresas más poderosas de México; por eso AMLO es un peligro… pero para los privilegios de estos sátrapas que financian a Gilberto Lozano. (Tomado del muro de Emanuel Ruiz Subiaur).

Era inevitable: tarde que temprano, la cúpula empresarial mostraría el cobre. Por eso, no sorprende su atrabiliaria reacción tras la negativa presidencial de acatar sus recomendaciones para atender la crisis transitoria: quieren un plan de apoyos e incentivos para sortear la pandemia que contemple a los grandes conglomerados, porque ellos entienden que son los que "dan" empleo, nunca que sus ingresos y por tanto, las inversiones y empleos que crean son gracias a la sociedad que les consume sus productos y servicios, aquí y en cualquier país (en los que por cierto, los impuestos suelen ser más costosos, hablando de los miembros de la OCDE, por ejemplo). Quieren la receta de siempre: deuda pública, 1 billón de pesos para ser exactos, que sea endosada a tos los mexicanos, pero que les beneficie a ellos directamente.
Por el contrario, solo recuerda la fábula de la rana y el alacrán, porque los barones no están acostumbrados a una negativa, menos si ella proviene de un personaje político al que abominan.
De hecho, en los círculos de la alta empresa se elaboran planes y se hacen apuestas para encontrar la forma ideal de tirar a López Obrador, lo que de inmediato trae a la memoria las prácticas de los encapuchados de Chipinque (Luis Echeverría dixit), en Monterrey (mediados de los años 70), y los participantes en Atalaya: México en libertad (reunión de los barones en la Hacienda Galindo, Querétaro, en el gobierno de López Portillo), que al final de cuentas se trata del mismo equipo (antes y hoy).

Carlos Salazar Lomelín, la cara visible del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), (otrora compa –hombro con hombro– del presidente López Obrador) anda desatado y ahora aconseja a sus neo encapuchados que se organicen y le metan billete para tumbar al tabasqueño, pero, eso sí, de forma democrática. De acuerdo con la versión de los herederos de Chipinque y Atalaya (histéricos cónclaves complotistas para mostrar músculo; muchos de los apellidos participantes en aquellos encuentros se repiten ahora, con sus juniors respectivos), el quid del desencuentro entre el Presidente y la cúpula empresarial es que el plan de reactivación económica no incluye lo de siempre, lo mero importante: el salvamento de los barones, el erario a su disposición, condonación fiscal y, desde luego, pase de factura a los jodidos, con un billón de pesos en nueva deuda pública. Nada de eso considera, de allí la pataleta. Y es entendible, porque es la primera vez que les sucede, cuando menos en los últimos cuarenta años. Los barones dicen que carecen de liquidez para enfrentar la crisis, que son pobres, aunque de buen corazón. Y muy católicos, por si faltara algo. Entonces, deberían ejercitar la memoria para recordar los 78 mil millones de dólares que mantienen depositados en el sistema financiero estadunidense (la información es del Banco de México) o las fortunas de cuento de hadas que resguardan -libres de impuestos- en los paraísos fiscales (todas ellas amasadas en este país de nacos) a las que podrían darle un pellizquito para financiar sus necesidades. Pero no: si de ese tipo de ejercicio se trata, entonces la memoria permanecerá bloqueada, como la relativa al cumplimiento fiscal.

Si de memoria se trata, el presidente López Obrador le pidió al presidente del Consejo Coordinador Empresarial que se la refresque a un grupo de sus agremiados: le vamos a pedir a Carlos Salazar Lomelín que hable, que los convenza, con los dueños de las grandes empresas que deben dinero a la hacienda pública, porque si nos pagan tendríamos muchos más recursos para apoyar a las Pymes. En el detalle, el mandatario explicó que hay 15 grandes contribuyentes que, incluyendo multas y recargos, deben, según las cuentas del SAT, 50 mil millones de pesos (en impuestos). Entonces, si hablo de que vamos a entregar créditos a un millón de pequeñas empresas familiares, si cobráramos los 50 mil millones podríamos entregar más. Y de pilón: ahora que Carlos Salazar Lomelín me va a ayudar a cobrar y vamos a tener más. Imagínense que cobremos eso, pues tendríamos para más. Entiendo que él está en su papel, lo dije, de defender a su gremio, pero ojalá y también entienda que yo estoy aquí para representar los intereses del pueblo de México, de todos, pero procurar darle preferencia a la gente humilde. O ¿qué? ¿No se supo que dije que, por el bien de todos, primero los pobres? Las rebanadas del pastel. Como parte de la referida fábula allí está el presidente López Obrador presumiendo que Slim, Bailleres y el tóxico Germán Larrea están de acuerdo con su plan de rescate económico. No me pidieron, me ofrecieron ayuda. A kilómetros se les ve el aguijón. (Carlos Fernández-Vega | LA JORNADA).

EL FOBAPROA (el robo del siglo XX)
Los banqueros se han visto beneficiados con el FOBAPROA desde 1998 debido a que la banca irresponsable ofrecía tarjetas de crédito a diestra y siniestra sin verificar la capacidad de pago así como distintos tipos de créditos; cuando viene la devaluación de 1994 la deuda crece monstruosamente y anula la capacidad de pago de la mayoría de los deudores. Eso es una parte del problema; resulta que los dueños de los bancos se auto prestaron dinero y mandaron la deuda al FOBAPROA de tal manera que había bancos quebrados con dueños millonarios. Entonces acuden al entonces presidente Ernesto Zedillo y por medio de un Sub Secretario de Hacienda firma a los banqueros (sin la autorización del congreso) pagarés para absorber la deuda y así presionar a la cámara para que reconozcan la deuda, pero con el detalle de que no se investigue que bancos y banqueros quebraron por los auto préstamos no pagados. Se desató una enorme lucha por evitar el atraco (la deuda se pagará durante ochenta años de nuestros impuestos) y fue AMLO quien inició la pelea; el PAN como siempre, hizo como que estaba con el pueblo y dijo que no aprobarían la deuda, pero ya habían pactado con Zedillo a cambio de obtener presidencia de la República (por eso Vicente Fox se le adelantó al PAN y se proclamó candidato a enojo de la cúpula panista). La votación estuvo reñida y el PAN jugaba a la doble cara, afirmando que sus diputados no recibirían línea y que votarían por conciencia; la cámara se dividió en dos bandos donde el PRI quien tenía mayoría no absoluta y algunos del PAN estaban a favor; el PRD (entonces partido de izquierda) donde AMLO era el presidente del partido estaban en contra. A la hora de la votación estaban exactamente casi las dos terceras partes de la cámara a favor, solo les faltaba un voto que inclinara la balanza en contra y ese era del diputado FRANCISCO PAOLI BOLIO del PAN quien había dicho que lo haría en contra, pero a la hora de votar se salió de la sesión y ganó el PRI junto con el PAN la mayoría absoluta por convertir la deuda privada en deuda pública. Cuando le cuestionaron al diputado que porque se ausentó dijo como la fresca lechuga "FUI AL BAÑO". Desde entonces la banca recibe la mayor parte del presupuesto anual como pago de la deuda y solo queda un 17% para lo demás. No conforme con eso, los bancos estuvieron cobrando comisiones que en sus países de origen no pagan y todavía se quejan de las medidas del presidente que no les favorecen. Si tuvieran vergüenza (que no la tienen) no se quejaran como hoy lo hacen. (CYRANO XXI /Facebook, MX).

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