Nacional
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Por una Liga Antidifamación para mexicanos en
Estados Unidos
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Matando al gringo
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Por: Carlos Damián Marzo
14, 2016
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La revuelta demográfica de los WASP, encabezada
por Donald Trump
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México.- Es
increíble que hasta ahora el gobierno de México haya comenzado a repudiar
públicamente al candidato estadounidense Donald Trump. Durante meses se
guardó silencio sepulcral en torno a las incendiarias y miserables
declaraciones del candidato republicano, y él buscaba que el gobierno le
contestara para aumentar las posibilidades electorales, para quedar a la
cabeza de los nominados por el partido republicano. A pesar de las
declaraciones que el gobierno mexicano, la secretaría de Relaciones
Exteriores, y otros políticos hacen de sus pronunciamientos sean similares a
los de Benito Mussolini, y al de Adolf Hitler. Realmente si nos ponemos a
escuchar bien no sabemos a quién están dirigidas, pero queda claro que varían
entre el silencio y la estridencia de Trump, el gobierno conservador de
Enrique Peña Nieto no sabe qué medidas tomar ante la popularidad del
candidato que enarbolas las fobias y filias de los WASP (angloestadounidenses
protestantes blancos), como: la expulsión de los migrantes; el muro fronterizo
impenetrable para mexicanos; el secuestro de muchos niños latinos en busca de
su familia; y la criminalización del indocumentado. El daño hecho por las
declaraciones de Trump ha cambiado el panorama político, comercial, social y
económico. Aún si pierde el debate migratorio parece ir al fracaso.
En realidad el debate no es si Trump triunfa y es
presidente es un político que representa al sector Wasp, y la propuesta es
que va a ir a la guerra, se va a ir a la tercera guerra mundial, va a apoyar
al cartel religioso del Daesh, y que el imperio del norte se va a dividir en
10 naciones- estado. Todas estas propuestas a nosotros los ciudadanos de
México no importan, ya que si es presidente Hillary Clinton va a ser lo
mismo. Lo realmente interesante es la propuesta de muchos mexicanos al
impulsar la Liga Antidifamación mexicana en Estados Unidos, similar a la del
sector poblacional judío formada en 1913 para educar a la población contra el
sentimiento nacional anti-mexicano y
el prejuicio religioso, y desde luego
para contrarrestar muchas falsedades que el decadente racista estadounidense
mantiene en contra de la población latina. Similarmente debe crearse el brazo
jurídico de la cultura latina en Estados Unidos, abocada a llevar a la corte
casos de discriminación, asesinato, difamación y consulta legal a los
migrantes mexicanos.
La supremacía racista
contra el latino
Se puede ver una convergencia de ideas entre el
actual impulsor de la supremacía blanca (KKK), Donald Trump y Samuel
Huntington, teórico de la guerra permanente de ocho civilizaciones, la diferencia
es que Trump es rechazado por el complejo militar-industrial, y Huntington es
venerado. Ambos con mexicanófobos, islamófobos, odian todo lo que no sea
Wasp, pero Huntington, es un apologista del apartheid de Sudáfrica, fue el
coordinador de la planeación de seguridad en el Consejo de Seguridad Nacional
con James Carter, y es reconocido por universidades de Harvard, Chicago y
Yale. Se dice en el libro “¿Quiénes somos?” que “en 1930, los Wasp son el
grupo dominante, y son el mayor en número de la sociedad estadounidense,
aunque étnicamente han dejado de ser una sociedad angloestadounidense. Sin
embargo los Wasp han ido perdiendo peso proporcional en la población, la
cultura anglo-protestante de sus antepasados colonos ingleses ha sobrevivido
durante 300 años como elemento definitorio de la identidad”. La cultura
anglo-protestante menciona que ha combinado instituciones, prácticas
políticas y sociales heredadas de Inglaterra, con los conceptos y valores del
protestante disidente religioso que los colonos trajeron de su madre patria.
A juicio de Huntington la inmigración
“latino-católica” representa una amenaza cultural para Estados Unidos, que
puede dividirlo en dos poblaciones, dos culturas y dos idiomas, que en
realidad en sus orígenes son más de dos culturas que representan al ciudadano
estadounidense. Al ser Huntington un Wasp, protestante episcopalista, se
puede ver a un Trump protestante presbiteriano, ignorante de la Biblia
católica que a cada momento ve abominable en su caminar a la silla presidencial,
pero él pasará a la historia por haber aniquilado a la dinastía Bush, y
representa la excrecencia de la tóxica supremacía blanca, Wasp. En Trump se observa a un político payaso realizando
su trabajo en un Reality Show, acompañado de un pastor controvertido Norman
Vincent Peale, masón del rito escocés grado 33, quien trató de relacionar la
siquiatría y religión mediante la teosicoterapia del “pensamiento positivo”.
Mitt Romney es un mormón convertido de la poligámica Iglesia de Utah, que
atacó a Trump con mayor sarcasmo. En esta circunstancia se tiene a Brent
Scowcroft, mormón y ex consejero de Seguridad Nacional con Daddy Bush y Ford,
que en su llegada la CIA y FBI han sido cubiertos los puestos por
reclutados de la Iglesia de Romney. En
mi visión estamos ante el arribo de una guerra de religiones, del papa
jesuita argentino, y el Wasp presbiteriano Trump de madre escocesa y abuelo
alemán. El identificarse con el porcentaje de población blanca (64 %), no es
una idea de Trump, esta cifra encontrada es de Baby Bush desde 2006, en la
tercera parte de la transfrontera a un costo de 3 mil 400 millones de
dólares; con la “enchilada completa” del jocoso y fugaz canciller de Vicente
Fox, que después de Calderón optaron por el vergonzoso silencio. En esta diatriba
doméstica Trump como Baby Bush tiene muchos seguidores en la clase política
del “México neoliberal Itemita”.
Los neoconservadores straussianos están más cerca
de Hillary Clinton que de Trump, irónicamente, son los responsables de la
línea social y política de Trump, cuando la mayor parte de los
estadounidenses son clase trabajadora sin educación universitaria. Si sus
valores y sus intereses no están representados seriamente por los think tank,
publicaciones académicas, o cualquiera de las facciones políticas,
encontrarán alguien que los represente, quizá sea una estrella del Reality
Show. En esta línea es Trump quien representa esta circunscripción electoral.
Desde un punto de vista horizontal se perdieron las clásicas fronteras
electorales, y con unas atípicas elecciones, este payaso atrae a un sector de
la clase trabajadora Wasp que se
siente abandonada y que está votando del lado demócrata, pero por el judío
“socialista”, Bernie Sanders. Pero por otro lado tenemos a los votantes que
apoyan a Hillary Clinton: mexicanos -guadalupanos- (4 %),
afro-estadounidenses (12 %), sumados
de Goldman Sachs, y la coalición sionista de George Soros y Haim Saban
(dueño de Univisión). Clinton tiene en su bagaje electoral varios cadáveres
–desde donaciones espurias hasta el asesinato del embajador de Estados Unidos
en Bengasi-, y sobre todo, la ominosa investigación del FBNI y sus “privados”
correos gubernamentales. Washington piensa en rescatar in extremis al partido
demócrata, con Joe Biden a la cabeza. Al pueblo mexicano no le interesa si es
Hillary Clinton, o Donald Trump, ya que cualquier operador del Imperio del
Norte nos va a ir igual, siempre hemos perdido. En realidad lo que nos debe
preocupar es que los mexicanos deben tener un campeón en la corte estadounidense,
una institución que tenga un establo de abogados que sepan ganar y que sepan
publicitar. El Estado mexicano tiene recursos para ofrecer servicios a sus
ciudadanos, que son cerca del 60 por ciento del total de latinos. Este
gobierno de derecha está descubriendo algo tarde la necesidad de defender a
los mexicanos en el extranjero y necesita insistir en la responsabilidad y
los intereses en el extranjero. No es con diatribas domésticas con el
infeccioso Trump como van a resolver el problema. Se necesita apuntalar una
política educativa, de medios, de lobbying y judicial, sostenida y coherente
La política decadente que echa la culpa de los problemas de la clase media y
trabajadora estadounidense es un error histórico, la carga no es del migrante
denostado y criminalizado. (La Jornada, mundo, p.p. 18-21, Marzo 9, 2016).
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lunes, 28 de marzo de 2016
Matando al gringo
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