Nacional /Historia 1/2
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La declaración de guerra a USA.
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Columbus 1916
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Por: Carlos Damián Marzo
12, 2016
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En carta a Zapata, Villa denuncia al traidor de
la revolución: Carranza
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México. -
El ataque del 9 de marzo contra la población de Columbus, Nuevo
México, protagonizado por un pequeño ejército de 480 soldados villistas ha
sido motivo de muchos estudios. Debido a que la bibliografía del tema es
amplia, se pueden ver algunos aspectos que han quedado encubiertos entre las
elucubraciones del momento. Esta etapa de la historia no se ha dimensionado
correctamente a pesar de que autores como: Paco Taibo II, y Rubén Osorio lo
han presentado con nuevos elementos interpretativos. Aunque no se haya
desatado la guerra entre los dos países, después del ataque a Columbus,
Estados Unidos, podemos suponer por la gran cantidad de indicios que se encontraba
México con una declaración de guerra implícita contra Estados Unidos. Para
que sea necesario comprenderla se puede comenzar con dos hechos determinantes
en el estado de ánimo, y las decisiones aportadas por el General Villa: el
reconocimiento de Washington al gobierno de Venustiano Carranza de origen
conservador y con el apoyo militar de
Estados Unidos a las tropas de Carranza en el combate de Agua Prieta, Sonora.
Al situarse este evento en la Segunda Guerra Mundial, se tiene que el
gobierno de Washington reconoce al gobierno de Venustiano Carranza en octubre
de 1915. Los acuerdos que tuvo Alemania con Victoriano Huerta y Pascual
Orozco aclaran la situación en la que el presidente Wilson tuvo que enfrentar
esta situación favorable a los intereses militares de la Alemania de la Primera
Guerra Mundial.
Carta de Villa a Zapata
Después de reconocer a Carranza el 5 de noviembre
de 1915, Villa en un manifiesto desde Naco, Sonora, acusa a Carranza de ser
un traidor a la patria, y presagiaba que este gobierno no se consolidaría por
el capricho de Henry Wilson, y en este escrito denunciaba que era más
ambicioso y traidor que Antonio López de Santa Ana, ya que estaba entregando
todo el territorio nacional a los Yanquis. Al extenderse en su escrito Villa
mencionaba que nunca había aspirado a cargos políticos y a puestos de
gobierno, y que ninguno de los jefes de su ejército “Los dorados” habían
aspirado a esos corruptos cargos. “Porque bien sabía el pueblo que entre mis
soldados no figuran políticos profesionales ni empleo- maníacos empedernidos,
ni presidenciables decepcionados, ni hombres de gobierno, en una palabra.
Todos somos artesanos, labriegos, obreros, o pequeños comerciantes, empleados
humildes, o intelectuales dignos que nunca hemos vivido del presupuesto ni
pretendemos vivir de él”. Después de
una lista de nueve puntos, presentó las con cesiones que había otorgado
Carranza al gobierno de Estados Unidos a cambio del reconocimiento. Entre
otras ideas manifiestas en el escrito, se ven las siguientes:
a). Concesión por 99 años de la Bahía de
Magdalena, del ferrocarril de Tehuantepec y de los yacimientos solicitados en
la zona petrolífera;
b). La
concesión para que el gobierno de Estados Unidos decida los nombres de los ministerios de Gobernación,
Relaciones y Hacienda;
c). Control de los ferrocarriles nacionales hasta
que quede cubierta la deuda de los bonos que posee la directiva en Nueva
York.
Más adelante señala que llenaría muchas páginas
si se dedicara a comentar ampliamente las concesiones ignominiosas,
antipatrióticas y brutalmente infames que había hecho él mil veces traidor
Carranza, atropellando la soberanía nacional, y ultrajando la dignidad y
olvidándose por completo de los ejemplos luminosos de la historia, y aquello
que signifique honor y vergüenza. Termina su valioso documento, con: “Que la
historia defina responsabilidades (…) Me dirijo a los que amen de verdad
nuestras tradiciones (…) les hablo como mexicano, para pedirles que velen por
el honor nacional, protestando contra la venta de la patria. En la hacienda
de San Gerónimo, alrededor del 8 de enero de 1916, en Chihuahua se escribió
parte de nuestra historia, una carta que iba dirigida a Emiliano Zapata que
Villa escribió y nunca llegó a su destino. Parte de la ironía en este destino
fue que los yanquis encontraron la carta, junto con otros documentos en el
ataque a Columbus. Esta carta enviada al Departamento de Estado permaneció
archivada y perdida durante 59 años en Washington, hasta que en 1975 la
encontró el historiador E. Bruce White y decidió publicar la carta en The Muddied Waters of Columbus, New Mexico.
Este documento, dice a la letra: “D. Emiliano Zapata, donde se encuentre.
“Muy estimado compañero y fino amigo: Supongo que ha de estar bien informado
acerca de la situación general de nuestro país; pero si por cualquier
circunstancia no estuviese al corriente de los acontecimientos que
últimamente se han desarrollado en la parte norte de la República, me voy a
permitir hacérselos saber a continuación”.
Ejercito del Norte en
acción
“Como anuncié a usted en varias cartas que tuve
el gusto de dirigirle a Aguascalientes, Torreón y otros puntos, el nuevo plan
de campaña que en aquella época decidimos desarrollar los generales del
Ejército del Norte, consistía en volver a encontrar todas las fuerzas de mi
mando al estado de Chihuahua, para invadir inmediatamente al de Sonora,
terminar allí la campaña que contra el enemigo tenían iniciadas las fuerzas
convencionistas que operan en dicha entidad y llevármelas juntamente con mi
columna por Sinaloa, Tepic, Jalisco y Michoacán, hasta tener el placer de
llegar adonde usted se encuentra. Naturalmente que este movimiento me ofrecía
facilidades y ventajas, en virtud de encontrarse el principal núcleo de
carrancistas al mando de Obregón entre San Luis Potosí. Zacatecas, Saltillo y Monterrey, donde había logrado dejarlo
embotellado por medio de intrépidos y atrevidos movimientos de mis tropas que
destruyeron las vías de comunicación, impidiendo al enemigo todo movimiento
rápido de avance retroceso. Desgraciadamente, mis proyectos se vieron
frustrados porque el enemigo contó con el apoyo indebido y descarado del
gobierno americano. Excuso decir a usted las innumerables penalidades que
sufrieron mis fuerzas en una jornada de 25 días a través de la árida y
abrupta Sierra Madre, transportando 42 cañones de grueso calibre por donde no
hay caminos carreteros y hasta se dificulta el paso de los jinetes. Pero
todas estas vicisitudes fueron vencidas por mi tropa con el estoicismo propio
del soldado que lucha por convicciones, y encontrándonos a inmediaciones de
Agua Prieta y en vísperas de atacarla, llegó al enemigo, por territorio
americano, y en trenes, un refuerzo de 5
mil carrancistas que el gobierno de Estados Unidos permitió pasar”.
“¿Puede registrarse mayor acto de ofensa para el
pueblo y ataque a su soberanía nacional? Por un rasgo excesivo de delicadeza
y dignidad por parte mía y deseando evitar un conflicto armado con Estados
Unidos, impedí a mis fuerzas que se lanzaran desde luego sobre territorio
americano, como querían hacerlo con toda justificación, para castigar a los
que impunemente se burlaban de nuestros sacrificios sin más derecho que el de
la fuerza. A medida que continúe mi avance hacia las plazas situadas a lo
largo de la frontera en el estado de Sonora, los carrancistas se movilizaban
en trenes por territorio mexicano con el objeto de atacarme y ocuparlas antes
que yo. En Nogales, con un cinismo y descaro que avergüenza y hace estallar
en cólera, el decoro y dignidad de mi raza, los soldados americanos, al
acercarse los carrancistas y
aprovechándose por la confusión que reinaba en esos momentos, hicieron
fuego sobre nuestras tropas. Encontrándome ya frente a Hermosillo supe que el
enemigo, contando con la ayuda de los americanos, pensaba movilizarse en
trenes por Estados Unidos para tomar Ciudad Juárez. Como al lograrlo me
privaba de mi base de aprovisionamiento y me perjudicaba con ello
grandemente, traté de impedirlo, dirigiéndome violentamente al estado de
Chihuahua a través de la Sierra Madre. Por muchos motivos no pude llegar a
tiempo. Continuará con la segunda entrega. (La Jornada, sociedad, p. 30, Marzo
12, 2016).
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lunes, 28 de marzo de 2016
Columbus 1916
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