Nacional
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Aceleran la entrega a empresas privadas de los
restos de Pemex
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La estrategia: desmantelar a Pemex
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Por: Carlos Damián 30 de Abril,
2015
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El estado en contra de dar a conocer los nombres
de los favoritos del presidente
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México. - El grupo
parlamentario del PT en el Senado solicitó al Instituto Nacional de
Transparencia, acceso a la Información y Protección de Datos (Inai) revisar
la decisión del gobierno federal de reservar por cinco años los nombres de las
primeras empresas privadas que han solicitado contratos, asignaciones,
licencias o permisos para explotar hidrocarburos. El senador David Monreal
señaló que esa determinación de mantener en secreto la identidad de los
dueños de los consorcios que negocian los contratos petroleros hasta 2020 no
se sustenta en los criterios de confidencialidad previstos en la reforma
energética. La decisión de acudir al órgano de transparencia, que luego de la
reciente reforma constitucional cambió el nombre de Ifai a Inai, se debe a
que es posible que la Secretaría de Energía (Sener) pretenda esconder “las
probables evidencias que podrían existir en la asignación de contratos”.
Destacó que la reforma energética no tocó el tema de transparencia y
rendición de cuentas ni la corrupción, y sobran los casos de malos manejos, enriquecimiento
ilícito y conflictos de interés para sospechar de la confidencialidad con la
que se maneja el gobierno de EPN respecto de las empresas privadas que se
beneficiarán con la privatización de Pemex.
Explicó que este año el gobierno federal deberá dar a conocer la
adjudicación de las áreas que licitará en la llamada ronda uno, pero hasta 2020
será posible conocer los nombres de los empresarios que hoy están
construyendo acuerdos para beneficiarse con la reforma energética. Monreal
consideró un exceso clasificar la información por cinco años, con argumentos
insuficientes de la Sener que no pueden ocultar que se vulnera el derecho a
la información que la ciudadanía reclama, sobre todo en la entrega del
petróleo a trasnacionales. Recordó que la reforma energética, aprobada por
PRI-PAN fue ampliamente rechazada por la ciudadanía y ahora EPN “parece
terminar la tarea al generar un clima de opacidad que propicia las prácticas
de corrupción que caracterizan las relaciones de la clase política con la
empresarial”.
Vender en
pedazos el patrimonio de mexicanos
El gobierno federal continúa con la estrategia de avanzar en el
desmantelamiento y desaparición de la paraestatal propiedad del Estado
llamada Pemex, para acelerar la entrega de hidrocarburos a empresas privadas,
tal como se desprende del informe que la paraestatal remitió a la Comisión
Permanente del Congreso, advirtieron senadores de PRD y PT. Pemex está en riesgo de que se le revoquen
las pocas asignaciones que logró en ronda cero, debido al tratamiento fiscal
discriminatorio que se le aplica, ya que lo deja prácticamente sin ingresos,
además de otras medidas que la privan de recursos líquidos como el recorte a
su presupuesto y la reducción de su capacidad de endeudamiento, señaló la
senadora Dolores Padierna (PRD). Comentó que pese a que el presidente EPN
sostuvo que uno de los fines de la reforma energética era disminuir la carga
fiscal a Pemex, para que pudiera competir con las trasnacionales petroleras,
ésta ha aumentado. Con este doble discurso esperan debilitar a Pemex para
desmantelarlo y venderlo en un deshuesadero. La senadora detalló que en lo
que va de este año, Pemex pagó al fisco 89 por ciento de los recursos que le
quedaron, restando los gastos de operación vía impuestos, derechos y
aprovechamientos. Asimismo, del recorte al presupuesto federal para este año
por más de 124 mil millones de pesos, 50 por ciento recayó en la ahora
empresa productiva.
Tal situación ”ha obligado a Pemex a contratar deuda para realizar las
operaciones mínimas que requiere para mantener su capacidad productiva. Esa
deuda, al 31 de marzo, ascendía a un billón 278 mil millones de pesos”. Hizo
notar que aunado a la caída del precio internacional del petróleo, que se
ubica en 60 dólares, la producción petrolera también disminuyó, debido a la
falta de inversión en exploración y explotación de reservas, por lo que la
única posibilidad que le queda a Pemex
para conservar los yacimientos que se le asignaron es asociarse con empresas
privadas. Son datos insistió la legisladora, “que demuestran las verdaderas
intenciones de la reforma energética: enfocar el sector de hidrocarburos a la
producción de petróleo para exportación, cubrir la demanda interna de
combustibles con importaciones y facilitar la entrada de empresas privadas,
nacionales y extranjeras, otorgándoles los mayores beneficios posibles y
preparar la desaparición de Pemex”, de estos ‘traidores’ que se encuentran en
el poder federal. Por separado el senador del PT Manuel Bartlett recalcó que
es una clara política para acabar con Pemex, ya que le quitan prácticamente
todos sus recursos, no les queda nada para invertir, por lo que tiene que
dejar sus yacimientos a empresas privadas.
Plataforma
de Taylor Energy Co
Un manto de misterio rodea el derrame de petróleo de la plataforma
Taylor Energy Company, que tiene hoy un solo empleado, pero sigue en
operación para cumplir una misión: combatir una fuga de petróleo en el Golfo
de México que ha pasado inadvertida a pesar de que ha generado manchas
aceitosas de kilómetros de extensión
por más de una década. La empresa de Nueva Orleáns a ha restado importancia
al impacto de la fuga en el medio ambiente diciendo que equivale a una
cantidad de fugas y filtraciones menores que el Golfo absorbe
rutinariamente. Pero una investigación
de la Associated Press (AP) ha encontrado evidencia de que el derrame es
mucho peor de lo que Taylor y el mismo
gobierno admiten. Confrontada con los hallazgos de AP, la Guardia Costera
ofreció un nuevo estimado de la fuga que es unas 2 veces más grande que el
que había reportado hace poco la empresa. Expertos afirman que el derrame
podría ser peor todavía, tal vez uno de los más grandes jamás registrados en
el Golfo, aunque no tanto como el de BP de 2010. Los orígenes de la fuga se
remontan a deslizamientos de barro generados por las olas del huracán Iván en
septiembre de 2004. Ese fenómeno provocó el derrumbe de la plataforma de
Taylor y dejó 28 pozos bajo sedimentos
frente a la costa de Luisiana, a unos 145 metros (475 pies) de profundidad.
Al no tener acceso a los pozos enterrados, es imposible tapar las fugas.
La Guardia Costera dijo en 2008 que las fugas representaban una
“amenaza importante” al medio ambiente, aunque no hay pruebas de que el
petróleo de esos pozos haya llegado a la costa. Se comenta que las manchas
aceitosas “representa una amenaza sustancial al medio ambiente” y podría
afectar a las aves, los peces y otras formas de vida marina. Pese a que
invirtió decenas de millones de dólares para contener las fugas, Taylor dice
que es imposible evitar totalmente las manchas. La empresa presentó el año pasado
ante las autoridades reguladoras federales una “solución final”. Aun cuando
los detalles no han sido revelados, plantea que expertos y funcionarios
gubernamentales coinciden en que “lo mejor (...) es no tomar medidas
afirmativas” debido a los posibles peligros
para el medio ambiente. El gobierno permite
que la empresa no difunda ciertas informaciones por el secreto
comercial. “Taylor es un ejemplo de lo que se llama un secreto comprometedor
a plena luz del día”. Se calcula que desde 2004 se han derramado cerca de 5
millones de litros (1.4 millones de galones) de petróleo. Los estimados del gobierno son más bajos,
de un promedio de 83 litros (22 galones) diarios en 2008 a 45 litros (12
galones) en los cinco años siguientes. Sin embargo, un análisis de 2 mil 300
informes de contaminación emitidos desde 2008 indicó que las cifras no
encajan en las versiones oficiales de que las fugas estén mermando. Por el
contrario, los informes revelan un fuerte aumento en el tamaño y el volumen
de las manchas desde el uno de septiembre de 2014. (La Jornada, política, p.p. 8-27, 17 de Abril, 2015).
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jueves, 28 de mayo de 2015
Desmantelar a Pemex
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