Nacional
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Querétaro crece económicamente, y cae Campeche
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Fallida Economía
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Por: Carlos Damián Febrero
10, 2016
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El caso presidencial: media anual 1.9 por ciento
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México. - Luis Videgaray Caso,
secretario de Hacienda y Crédito Público, anunció un nuevo recorte al gasto
público, “empezando por Pemex”, en el marco de una “ajuste preventivo”
obligado por los bajos niveles de cotizaciones internacionales del petróleo y
lo que llamó “la volatilidad y aversión al riesgo que existe con respecto a
los mercados emergentes”. El telón de fondo de este anuncio se caracteriza,
entre otros datos, por una nueva caída de la divisa nacional ante el dólar
estadounidense –ya se acerca a la cotización de 20 pesos- y por un incremento
por el precio de la tortilla, que según el Sistema Información e Integración
de Mercados (SNIIM), de la Secretaría de Economía se vende hasta en 16.25
pesos el kilo en algunas localidades del país. Antonio de la Torre, dirigente
de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla, tiene su
versión y dice que el alza se debe, a que si la producción de maíz es
satisfactoria, y aunque no haya escasez, “las grandes empresas ligan el
precio al mercado de Chicago”, por lo que en México “se disparó más con la
devaluación del peso”. Ello muestra la fragilidad de las promesas
gubernamentales y del Banco de México en el sentido de que la devaluación no
habría de traducirse en un incremento de la inflación en el país.
En un par de semanas el Inegi divulgará los resultados definitivos de
la actividad económica durante 2015, a
pesar de esto algunas fuentes gubernamentales se han aventurado para asegurar
que “se obtuvo un buen resultado”, pero el PIB se estima en un 2.5 por
ciento. Si se toma como cierta tal aseveración, entonces la tasa anual
promedio de “crecimiento” económico en la primera mitad de la administración
federal que preside EPN, se ubica en un raquítico 1.9 por ciento, con todo y
“reformas”. Con esta proporción no alcanza ni para soplarle al discurso
oficial llamado “mover a México” –EPN-, y ni por asomo pensar en “mejores
tiempos para los mexicanos” –lema de Videgaray- y no se podrá dar forma al
gas llamado “futuro promisorio” que tanto repiten al oído del ciudadano
mexicano. Mientras se corrige la información sobre el PIB en 2015, el Centro de Investigación en
Economía y Negocios (Cien) del ITESM, campus estado de México, en su
análisis, El conocimiento como impulsor
del crecimiento, recuerda que desde 2009 la OCDE señalaba que una de las
problemáticas en el desempeño económico del país “ha sido el limitado papel
de la difusión y acumulación de conocimientos para aumentar la productividad.
En pocas palabras una economía basada en el conocimiento es la clave para la
prosperidad, el pequeño problema es que nuestro país no ha tomado en cuenta
dicho rubro.
En este tema prioritario para cualquier nación, México no se ha
distinguido en materia de innovación, ciencia y tecnología donde la capital
del país concentra una gran cantidad de recursos, a diferencia de otros
estados, como Chiapas y Guerrero. Esto sirve de base para analizar la
información sobre la actividad económica estatal durante el tercer trimestre
de 2015, en la que se observa que las tasas de crecimiento anualizadas más
altas se presentaron en entidades que cuentan con una concentración favorable
de recursos tecnológicos como es el caso de Querétaro (6.7 %), San Luis
Potosí (6.7%), y Baja California (-5.2 %), debido a los sectores automotriz y
aeroespacial; en contraste hay entidades como Guerrero (1.6%), y Chiapas
(-5.2%) que no cuentan con inversiones en materia tecnológica. Las
“potencias” económicas como Ciudad de México (1.9 %), y el estado de México
(1.3%), y un comportamiento similar se aprecia en Puebla y Guanajuato. De acuerdo
con la información, en el último trienio la tasa anual promedio de
crecimiento económico en la Ciudad de México llega a 1.43 %, y el Estado de
México a 1.2 por ciento. En caso de Nuevo León (3.5%), y Jalisco (3%),
mientras la de Puebla es de 0.7 por ciento. Los cinco estados que se citan
aportan alrededor de 40 por ciento del PIB nacional.
El discurso oficial presenta como inevitable la realización de nuevos
recortes al gasto público y medidas de ajuste adicionales a las ya anunciadas
– ejemplo del despido de 16 mil trabajadores de Pemex- , pero el Estado ha de
admitir que tales determinaciones fortalecen las tendencias recesivas en la
economía nacional y con ello se agudiza aún más el impacto de la desfavorable
circunstancia internacional en las condiciones de vida, de por sí
deterioradas, de la mayoría de los habitantes de México. Es cierto que las
autoridades económicas nacionales no tienen bajo su control las variables
internacionales que han incidido en la caída de las cotizaciones del crudo, y
por lo tanto, en una considerable reducción de los recursos fiscales, aunado
a esto el peso mexicano ha sufrido
quebrantos experimentados en los mercados cambiarios. En realidad el gobierno
federal si está en condiciones de emprender un viraje en la política
económica a fin de fortalecer y dinamizar el mercado interno en lugar de
dictar medidas que inciden en su contracción. En lugar de cerrar fuentes de
empleo en el sector público y de constreñir el gasto se podría llevar a cabo
una reorientación en la forma en que se ejercen los presupuestos a fin de
implantar dentro de la administración pública una verdadera austeridad, la
cual implicaría reducir en forma significativa las percepciones de los
funcionarios y representantes de alto nivel, los viajes del extranjero y las
adquisiciones innecesarias, aunado a esto es irritante que la clase política
no aminore sus gastos excesivos dada la vastedad de las carencias que afectan
a la mayor parte de la población.
El Cien señala que el comercio exterior mostró resultados poco
favorables al finalizar 2015. Las exportaciones totales cayeron 4.1 por
ciento durante el año pasado, comportamiento que fue atenuado por el
incremento marginal de 0.8 por ciento en las exportaciones manufactureras
cuyo motor principal es el sector automotriz, que exhibió un incremento de 4.7 %. De acuerdo al Inegi, al término
de 2015 la producción del país se incrementó 2015, aunque de alta no tenga
nada. Finalmente, el panorama mostrado por el Sistema de indicadores Cíclicos
en noviembre pasado fue poco alentador. Tanto el indicador coincidente como
el adelantado se ubicaron por debajo del potencial, de manera que dichos
resultados permiten ver que permanecerá vigente el lento ritmo de la economía
durante los primeros meses de 2016.
Es necesario que urgentemente se emprenda un ataque frontal a la
corrupción, la cual cuesta anualmente al país unos 740 mil millones de pesos,
cifra equivalente al 4 por ciento del PIB.
En base a esto no es exagerado afirmar que si se suprimiera esa enorme
sangría nacional de recursos del erario y se aplicase una racionalización del
gasto público, se podría destinar cientos de miles de millones de pesos a la
reactivación y el fortalecimiento del mercado interno mediante la creación de
puestos de trabajo, la realización de obras de infraestructura con costos
reales, es otras palabras sin comisiones ilícitas y demás corruptelas. Además
con el apoyo real al agro, una dignificación general de la educación pública
en todos sus ciclos, el mejoramiento de los servicios de salud que todavía no
ha desaparecido el desprecio neoliberal al IMSS ISSSTE, el impulso a
cooperativas y pequeñas empresas, y en suma un respaldo a las actividades
culturales, entre otras cosas. Se espera que estas alternativas no pasen por
las tradicionales medidas recesivas del recetario neoliberal. Al fin Pemex se
deshizo de uno de sus grandes lastres, Emilio Lozoya, quien fue uno de los
peores administradores que sufrió, la “improductiva empresa del estado”. (La
Jornada, política, p.p.1- 24, Febrero 9, 2016).
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sábado, 13 de febrero de 2016
Fallida Economía
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