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Internacional  
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El imperio del norte en contra del estado
  islámico  
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El estado islámico: Obama  
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Por: Carlos Damián                                         11 de Septiembre,
  2014 
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Francia identifica a mil de sus ciudadanos
  ligados al Estado islámico; Londres tiene 500 
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México. -  
  En un mensaje emitido ayer (10/09/14), el presidente de Estados
  unidos, Barack Obama, anunció que su país “encabezará una coalición amplia”,
  que incluirá operaciones militares estadounidense en Siria e Irak, con el fin
  de “sacar al Estado Islámico (EI)  de
  donde quiera que esté, utilizando nuestro poder aéreo y nuestro apoyo a las
  fuerzas aliadas sobre el terreno”. Entre otras acciones, el mandatario
  anunció el envío de 475 efectivos a Irak para apoyar y equipar a las fuerzas iraquíes
  y kurdas, así como entrenar y armar a los rebeldes sirios “moderados” en su
  lucha contra EI, si bien afirmó que, a diferencia de lo que ocurrió en las
  guerras de Irak y Afganistán en 2011 y 2013, en esta campaña Estados Unidos
  no desplegará tropas de combate sobre el terreno. Formulado  en la víspera del aniversario de los ataques
  terroristas (11/09/14), del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y
  Washington, el mensaje muestra la persistencia de la Casa Blanca, sea quien
  sea su ocupante, en una visión distorsionada y falaz de los fenómenos del
  mundo islámico en general y del surgimiento de ese grupo yihadista en
  particular.  
A guisa de ejemplo. Washington desconoce o
  pretende ignorar sus propias responsabilidades directas e indirectas en la
  gestación de EI (El gobierno federal de Estados Unidos siempre fue el
  principal apoyo que tuvieron los militares de EI, por lo que en sus
  armas,  bastimentos militares y
  transportes está la factura del Imperio del Norte). Al Qaeda y otras
  expresiones del integrismo violento. El anuncio del inicio de operaciones
  militares aéreas en Irak y Siria obliga a 
  recordar que han sido precisamente las aventuras bélicas iniciadas en
  esos y otros países por los antecesores de Obama las que han sembrado
  múltiples factores del encono estadounidense y antioccidental en la región,
  al tiempo que han destruido elementos de estabilidad y contención a la
  proliferación de grupos integristas: debe recordarse que uno de los acicates
  principales de ese fenómeno fue el derrocamiento del régimen de Saddam
  Hussein por el gobierno de George W. Bush, que derivó en la fragmentación
  política y el descontrol del territorio iraquí y qué engendró un caldo de
  cultivo para la proliferación de grupos integristas como Al Qaeda en
  Irak.  A lo anterior se suman los
  indicios cada vez más numerosos y documentados, de que Estados Unidos influyó
  deliberadamente en el surgimiento y fortalecimiento de EI mediante el apoyo
  militar brindado a los grupos rebeldes armados en Siria.  
Obama asegura contar con la
  “autoridad” para el combate en Oriente 
El presidente estadounidense, anunció que
  ampliará sus ataques aéreos a Siria, y advirtió que no “vacilará” en adoptar
  acciones contra el Estado Islámico de Irak y Levante (conocido como Isil, y
  que se autonombró como Estado Islámico, EI). Dijo que cuenta con al
  “autoridad” para emprender esta estrategia, y aseveró que hay apoyo
  bipartidista para combatir a los yihadistas. En un mensaje a la nación de
  menos de 15 minutos, en el que expuso su estrategia contra el Isil, el
  mandatario demócrata anunció que ordenará expandir significativamente la
  campaña militar contra yihadistas sunitas, con medidas que incluyen continuar
  y ampliar los bombardeos contra sus posiciones en Irak, enviar 475 nuevos
  asesores militares a dicha nación y “entrenar y armar a los rebeldes
  moderados” que intentan derrocar al gobierno del presidente sirio, Bashar
  Assad, desde 2011. “No vacilare en adoptar acciones contra EI en Siria, así
  como en Irak”, expresó el residente. Agregó que ordenará expandir
  significativamente la campaña contra los militantes sunitas en Medio Oriente,
  lo que incluye bombardeos aéreos en Siria. 
A casi un mes después de ordenar bombardeos
  aéreos en Irak, Obama subrayó que las acciones que propone para erradicar “el
  cáncer” de los yihadistas no contemplan el envío de tropas, y subrayó que no
  serán iguales a las guerras de ocupación en Irak y en Afganistán, de donde el
  ejército estadounidense ya se replegó. Insistió en que aunque seguirá
  habiendo riesgos para los efectivos que sean enviados a Irak, en esta ocasión
  los soldados no se enfrascarán en combates e irán exclusivamente como
  asesores, para entrenar y apoyar a las fuerzas nacionales que luchan contra
  el avance del Isil. El presidente enfatizó que el combate a los yihadistas
  deberá ser un esfuerzo de naciones aliadas lideradas por su país. Afirmó
  que  combatientes del Isil provienen
  tanto de Estados Unidos como de Europa, y que se corre el riesgo de que
  alguno de sus ciudadanos regrese a su territorio y ejecute un atentado.
  Washington liderará una coalición internacional que perseguirá “donde quiera
  que esté “ el grupo yihadista, afirmó. Esta estrategia de acabar con
  terroristas que nos amenazan, y simultáneamente, apoyar a nuestros aliados en
  el frente de batalla, es la misma que hemos llevado a cabo con éxito en Yemen
  y Somalia durante años.  
Las organizaciones terroristas
  islámicas apoyadas por Estados Unidos 
Lo cierto es que las facciones integristas en ese
  país y en Irak podrían haber sido los principales beneficiarios de la
  asistencia militar de Washington y sus aliados , como ocurrió en la década de
  los 80 con el apoyo brindado  por la
  administración de Ronald Reagan a las fracciones fundamentalistas en
  Afganistán contra la Unión Soviética, y como podrá suceder nuevamente en el
  futuro inmediato, a la luz del apoyo ofrecido por Obama a las organizaciones
  armadas kurdas, que hasta hace no mucho se encontraban en los catálogos de
  “organizaciones terroristas” elaborados por Estados Unidos. Por lo demás, con
  el anuncio emitido por el gobierno federal del imperio del norte se desdibuja
  en buena medida la política de la Casa Blanca en la región, establecida por
  las pasadas administraciones y a las que se ha plegado Obama de manera
  sistemática. En efecto, por más que el ocupante de la silla presidencial diga
  que las acciones dadas a conocer ayer no implican una alianza con el régimen
  sirio de Bashar Assad, el solo hecho de iniciar una campaña militar contra
  EI, enemigo declarado de los gobiernos de Siria, Irán y Rusia, coloca a
  Estados Unidos en el mismo bando de éstos. 
Con respecto a Siria, Obama dijo: “al otro de la
  frontera hemos incrementado nuestra asistencia militar a la oposición siria.
  Esta noche hago un llamado al Congreso para darnos autoridad adicional y
  aprobar los recursos necesarios para entrenar y equipar a estos combatientes.
  En su estrategia política-militar, aseveró que su país seguirá dando
  asistencia a los civiles inocentes que se han visto desplazados por la
  violencia, y no permitiremos que sean echados de sus tierras milenarias.
  También señaló que un día antes del ataque del 13 aniversario del ataque
  contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el país está más seguro, tiene una tasa
  de desempleo a la baja, y “ha liderado la oposición a Rusia y la defensa de
  Ucrania”, y sus militares logran enormes avances al apoyar a los estados
  africanos con su presencia in situ. Aunque Cuba no se hizo menos ya que envió
  a miles de médicos de la nueva generación que envió a África para la cura del
  ébola que se ha constituido en una epidemia sanitaria de magnitudes enormes,
  ya que migró del campo a las ciudades africanas. 
El hecho es que Obama anunció la conformación de
  una “amplia coalición” de países y de grupos armados irregulares sin  tener, por lo que puede colegirse, una
  política de alianzas clara, y cabe dudar que semejante aventura pueda tener
  los resultados fijados por el jefe 
  estadounidense. Por el contrario, y a juzgar por los antecedentes, las
  incursiones bélicas estadounidenses en Medio Oriente, el golfo Pérsico y Asia
  menor, sean terrestres, aéreas, navales o las tres juntas, han dejado además
  secuelas de incalculable destrucción humana y material, nuevos y más
  virulentos rencores históricos que más temprano que tarde se concretan en
  grupos cada vez más hostiles y violentos. Y no hay motivos para pensar que en
  esta ocasión las cosas ocurran de manera distinta. (La Jornada, política, p.p.
  5-28, 11 de Septiembre, 2014). 
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lunes, 20 de octubre de 2014
El estado islámico: Obama
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