Nacional
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Las preguntas sin contestar y golpeteo de los
políticos
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Ayotzinapa
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Por: Carlos Damián 19 de Octubre,
2014
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Las fosas clandestinas y asesinatos masivos,
cotidiano en Guerrero
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México. -
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús
Murillo Karam, hizo oficial ayer (14/10/14) que los restos humanos
encontrados en fosas clandestinas el pasado 4 de octubre en las inmediaciones
de Iguala no pertenecen a ninguno de los 43 estudiantes de la Normal Rural de
Ayotzinapa secuestrados ocho días antes por efectivos policiales de ese
municipio. Falta por realizar, se infiere, el cotejo de ADN de los familiares
de los normalistas desaparecidos con los cuerpos descubiertos en los días
subsecuentes. Si bien lo informado por el funcionario aporta esperanza a los
parientes de los estudiantes desaparecidos y entregados, de acuerdo con la
información oficial, a un grupo de la delincuencia organizada, el dato, lejos
de resultar tranquilizador, deja ver
que la barbarie en Iguala, Guerrero es aún más extensa y grave de lo que
dejaba ver la agresión policial y perpetrada entre la noche del 26 de
septiembre y la madrugada del 27. Ahora es necesario sumar a los seis
asesinados y a los 43 secuestrados de esas horas, 28 muertos desconocidos,
más lo que han sido hallados en otros cementerios clandestinos, y rendirse
ante la evidencia de que en ese y
otros municipio de Guerrero y del país impera un estado de terror y muerte
que no guarda relación alguna con la normalidad que se presume desde las
cúpulas institucionales.
En forma paralela se multiplica la tarea de las
autoridades estatales y federales: a la obligación de encontrar a los
estudiantes desaparecidos, localizar a la totalidad de los responsables
intelectuales y materiales de estas desapariciones y de los seis homicidios
de septiembre pasado, esclarecer el crimen de Arturo Hernández Cardona y
otros dos activistas sociales asesinados por el edil prófugo José Luis Abarca
Velázquez en mayo del año pasado, las autoridades estatales y federales
tienen ante sí la obligación de identificar los restos que se han ido
encontrando en estas dos semanas. Más aún es inocultable la necesidad de
esclarecer, explicar y actuar legalmente ante la cadena de indolencias,
fallos y posibles encubrimientos que permitieron, tanto en el ámbito estatal
como en el federal, la entronización de la delincuencia organizada en el
ayuntamiento de Iguala. El panorama se complica en que tanto el gobierno de
Guerrero como la PGR, que son instancias que resultan fundamentales para
realizar las investigaciones del crimen masivo realizado por el escuadrón de
asesinos, y se encuentran en un fuego cruzado de señalamientos por omisiones y
negligencias en el asunto.
Patología del poder
Como Adolf Hitler, Mao Tse Tung, y Joseph Stalin,
nosotros tenemos algunos ejemplos de una patología generalizada, ellos tienen
el poder y están facultados para tomar medidas drásticas contra todos
aquellos que denuncian, critican, y se oponen a los actos abusivos, sin
embargo los criminales, corruptos, y políticos rateros que desvían para su
usufructo personal millones de dólares, que son generados por el sistema son
protegidos por las élites que gobiernan nuestro país. En estos momentos
estamos impactados por el asesinato masivo de los 43 chicos adolescentes y
vivimos bajo un sistema económico- social bárbaro y salvaje, todavía
conmocionados que no atinamos a reaccionar con normalidad. En la tarde-noche
de la masacre, la esposa del alcalde de Iguala, rendía un informe de labores
frente al DIF municipal, acompañada de una gran fiesta con fines políticos
electorales y del cual su esposo al día siguiente presentaría su informe
oficial de actividades. Los estudiantes como parte de sus actividades
cotidianas llevaban a cabo un activismo social que ponía en riesgo estas
ceremonias oficiales, la fuerza policíaca recibieron órdenes tajantes para
frenar a los indeseables y a su vez imponerles castigos “ejemplares”, para
que no se volviera a repetir estos hechos que agredían a la noble pareja
presidencial de Iguala.
Los policías llevaron a cabo su operación
dominados por una banda del crimen organizado, y al escuadrón asesino pertenece como gerente
uno de los hermanos de la esposa del alcalde. En esta sarta de complicidades
entre aspirantes políticos, candidatos y autoridades que enviaron esta papa
caliente al gabinete federal y con una crisis política y estado fallido se
tiene arriba de este polvorín al gobernador Ángel Aguirre Rivero. Este modelo de estado autoritario producto
de 80 años de estar gobernados por el PRI-PAN, se reproduce a nivel federal,
estado y municipio en todo el país, con mandos medios y altos ejerciendo con
una obsesión compulsiva esta jefatura aplastante, y draconiana a los
ciudadanos mexicanos. Podemos ver un pequeño reflejo de la imagen nacional en
el estado de Nuevo León que gobierna
Rodrigo Medina, quien rendirá su “informe” anual de labores, pero en este
hermoso episodio se levanta el fantasma del activismo social de los
estudiantes de universidades del estado al hacer presencia en puentes viales
de Monterrey de su protesta social. Estos estudiantes decidieron colocar
mantas denunciando una pequeña “pillería”, cometida por una firma, Gafelek, y
conforme a los datos oficiales de que dispone esta fuente ha conseguido
contratos hormiga, sin licitación, y con actividades empresariales
exageradamente diversas, que le habrán reportado utilidades de
aproximadamente 10 millones de pesos, en este contexto de cifras saqueadas al erario público es
una bicoca.
En la capital de Nuevo León los policías de la
Fuerza Civil se apresuraron a atender la orden y aprendieron a los
estudiantes que estaban sujetando la manta con la leyenda: “De estado
millones a empresa todóloga”. A escala nacional ninguna fuerza policíaca está
capacitada para detener y golpear a los que cuelgan mantas con leyendas del
narco, a quienes colocan cadáveres desnudos colgando de complejos viales,
lanzan seres vivos en tambos llenos de diesel, o incineran casi vivos a los
estudiantes de Ayotzinapa – y borrando para siempre sus cenizas porque son
arrojadas al río, según el sacerdote Solalinde- aquí se atrevieron
valientemente a meter a la cárcel a 21 estudiantes que fueron “paseados”
durante horas por la ciudad –desaparecidos-, y llevados a los separos
policíacos en una agencia de investigaciones del orden jurídico cerca de la
penitenciaría local por la avenida Abraham Lincoln. Desde luego tendremos al
gobernador con retórica vacía denunciando las libertades de que gozamos los regiomontanos;
tenemos respeto a la ley y honestidad en el manejo de los recursos públicos,
en su quinto informe de gobierno.
En este contexto vendrán las candidaturas, las
elecciones y con el PAN en su casino favorito esperando recuperar la plaza
perdida, pero acompañado de Margarita Arellanes, quien es alcaldesa de
Monterrey, y el PRI todavía indeciso para anotarse en una contienda política
de lucha de sexos, apuntándose en primer lugar a Ivonne Álvarez, Marcela
Guerra o en su caso de Cristina Díaz que en este momento se encuentra
encerrada en el CEN del PRI en el Distrito Federal pero con ganas de
participar y volver a la contienda electoral de su estado. La última política
se ha sacrificado en servicios al sistema nacional, pero en el PRI Nacional se
habla de una candidata femenina o en su caso tendremos al secretario federal
de economía, Ildefonso Guajardo Villarreal.
Las súbitas indignaciones, las exigencias
destempladas de justicia, y las dudosas muestras de empatía con los
estudiantes de Ayotzinapa, se usan contra adversarios electorales, y se
omite, en todos los casos las responsabilidades propias. Sin contar que cada
una de los tres segmentos políticos identificados claramente han generado un
clima de hostilidad durante años contra los estudiantes de la escuela normal
ocupada por gente pobre y del área rural pero con ganas de educar a los niños
de México, y también son culpables de consentir la infiltración de carteles
de criminales y mafias en todos los niveles de institucionalidad nacional. (La
Jornada, política, p.p. 2-10, 15 de Octubre, 2014).
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viernes, 7 de noviembre de 2014
Ayotzinapa
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