Nacional
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Los narco políticos
en crisis
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Bertha
X. Ruiz
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Por: Carlos
Damián
Mayo 29, 2019
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México.- La virtual jefa delegacional electa de
Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez Ruiz, fue titular de la Comisión Nacional para
para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas durante el gobierno de Vicente
Fox y renunció en 2006 debido a un desacuerdo con el entonces presidente
Felipe Calderón. La panista se define como “una empresaria, luchadora social
e impulsora del social business, que muere por el soccer”. En febrero de este
año se registró para contender por una
diputación federal por el distrito 6 que comprende las ciudades de Pachuca y
Mineral de la Reforma, sin embargo días después presento su dimisión a la
dirigencia estatal de Acción Nacional en Hidalgo.
Posteriormente
decidió ser candidata del PAN a la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo,
en un principio el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) le negó el
registro, ya que su credencial para votar tenia de domicilio del Estado de
Hidalgo. Sin embargo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF), confirmo la
candidatura de Gálvez, al considerar que logro acreditar en su totalidad la
residencia en la demarcación. La hidalguense fue de los candidatos que se unió
a la iniciativa #3de3,
publicó sus declaraciones patrimonial, de intereses y fiscal en la plataforma
www.candidatotransparente.mx. Es fundadora y
directora general de la empresa de Consultoría High Tech Services, dedicada
al desarrollo de proyectos de alta tecnología.
La senadora
plurinominal Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz fue beneficiada con 28 contratos por
25 millones 310 mil pesos, donde algunos
órganos autónomos y el gobierno federal le otorgaron de 2005 a 2014.
Encontrándose en los primeros dos años de ese periodo como funcionaria
pública federal. En 2005, junto a su
esposo Rubén Sánchez (RS), a través de
una empresa High Tech Services (HTS), llamada Operación y Mantenimiento de
Edificios inteligente, S.A de C.V., en ese entonces era comisionada nacional
para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas del gobierno del PAN, de Vicente
Fox con el cual ganó 15 contratos por un millón 832 mil 710 pesos. Durante el
sexenio de Felipe Calderón en 2007 a 2012, X. Gálvez logró once contratos por
un monto de 14 millones 838 mil 638
pesos. En 2010, fue candidata a la gubernatura de Hidalgo, donde el
Pan con alianza participó. En el sexenio de Peña Nieto solo ha ganado dos
contratos, por 8 millones 345 mil 200 pesos.
Además por
contratos de adjudicación directa, la empresa de Gálvez obtuvo 589 mil 81
pesos; por participar en licitaciones públicas, 15 millones 502 mil 511
pesos, y por invitación de tres personas, 8 millones 924 mil 556 pesos. Por
medio del Portal de Obligaciones de transparencia se comprobó que la dependencia federal que más
contratos concedió a las dos empresas que Gálvez integra fue la Comisión
Nacional del Agua, con 17 por más de diez millones de pesos. Asimismo con el
Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales
(IFAI) fueron tres contratos, por un monto de 8 millones 472 mil 800 pesos.
Uno es por seis millones 930 mil pesos para Operación y Mantenimiento a
Edificios Inteligentes, otro por un millón 415 mil 200 pesos, para la empresa
de Rubén Sánchez también, de la cual es socia. Con la CFE, celebraron tres
contratos, por cuatro millones 760 mil pesos, y a través de High Tech
Services, X. Gálvez dio asesoría a la presidencia de la Republica, en 2009
para certificar como inmueble verde la Residencia Oficial de Los Pinos, por
lo cual le pagaron 304 mil 750 pesos, y además trabajo con la empresa Lotería
Nacional en ese año. (Kenya Ramírez, et al., 21 de mayo, 2015).
Vicente Fox Quesada
Funcionarios
del gobierno de EE.UU., investigan la protección del ex presidente Vicente
Fox, al narcotraficante Joaquín “el chapo” Guzmán Loera. Burócratas de secretarias de Estado se convierten en
testigos de palo de auténticas “bacanales” en instalaciones del gobierno
federal usadas por integrantes de la familia presidencial. La administración
de Fox entrega una concesión para operar una línea aérea al hermano y al hijo
de Martha Sahagún. Una red de empresas, apadrinada por la familia de Vicente
Fox, opera en Pemex y obtiene contratos por más de doce mil millones de
pesos. Mónica Jurado, ex esposa de Manuel Bribiesca Sahagún, narra como el
hijo de Martha se fue perdiendo en el poder. Y la ambición, con el
conocimiento de su madre. Cosme Mares y Josefina, su esposa se quejan de todo el dinero entregado a Vicente Fox,
y que ahora son perseguidos por el gobierno federal.
Testimonios
rendidos ante la PGR señalan que desde hacía por lo menos tres años (1998) en
Puente Grande (penitenciaria en el estado de Jalisco), había un grupo del
Centro de Inteligencia de seguridad Nacional (CISEN), cuyo jefe era Carlos
Arias, quien usaba el seudónimo de Cesar Andrade. Operaban las 24 horas del día
en los niveles B y C del penal, y tenían acceso a un Centro de Control donde
se manejaban cámaras y micrófonos ubicados en los módulos donde se supone que
se cometían todas las irregularidades: celdas, cuartos de visita íntima,
locutorios para los abogados. Grababan las llamadas de telefonía fija y
celular de el Chapo Guzmán, Héctor Palma
(el güero) Salazar y Arturo (el Texas) Martínez. El día de la fuga de
“el Chapo Guzmán”, se vio a agentes del CISEN en la azotea del área de Comunicación a las cuatro de la tarde. (Contraportada
del libro, Fin de fiesta en Los Pinos, Anabel Fernández).
Cajón de sastre
Unas mil
quinientas personas aproximadamente han sido ejecutadas por el narcotráfico
en México durante 2005; miles viven en
zonas de combate permanente en Colombia; los jóvenes centroamericanos que han
apostado en convertirse en maras son innumerables y buscan no solo domi y
tenían acceso a un centro de Control donde se manejaban cámaras y micrófonos
ubicados en los modulos donde se supones que se cometían todas las
irregularidades: celdas nar su entorno sino llegar adonde nacieron esas
organizaciones; a un Estados Unidos en el cual, mientras sus autoridades
están obsesionadas con la guerra anti terrorista, comprenden, no ven que al
sur de la frontera, y aun dentro de su propio país, se está escenificando una
guerra tan violenta, tan cruel como aquella, pero que se ejecuta, y se vive
en sordina: son las guerras secretas. Las del narcotráfico, las del tráfico
de gente, las de los grupos del crimen organizado que desde Colombia hasta
Chicago tienen una capacidad de control cada vez mayor que va de las calles y
selvas hasta las prisiones de alta seguridad; de los grupos de poder, de la
economía, los cuales generan la violencia y la inseguridad.
Esta falta
de seguridad no terminará, si no es detectada y detenida a tiempo, acabando
con el estilo de vida que vanamente se intenta proteger, con mucha mayor
certidumbre que los terroristas de Al Qaeda. Podemos encontrar al diablo del
mal en las entrañas y de allí surgen estas guerras secretas que no queremos
ver por indolencia. Así podemos verlas como el fruto, de un trabajo de años,
porque se tiene la pretensión de contar esa crónica de las guerras que no se
quieren ver, que no se quieren oír, que se dejan en la trivialización de la
información como espectáculo. El narcotráfico impone la ley de la violencia y
la corrupcion. Los cárteles se disputan el control de plazas y territorios
ante una sociedad perpleja que se ve vulnerada. Nuevo Laredo, Tamps., y
Culiacán, Sinaloa son de los lugares que tiene una crónica que contar sobre
las ráfagas de tiros que se escuchan en la noche. (De los maras a los zetas,
prólogo; Jorge Fernández et al, mayo 29, 2019)
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sábado, 19 de octubre de 2019
Bertha X. Ruiz
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