Nacional
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Inicia
una espiral de violencia
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Por: Carlos Damián Mayo 28, 2020
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México. - Felipe Calderón llegó a la Presidencia de
México, en diciembre de 2006, en medio de un tufo a ilegalidad. Diversas
voces aseguraban que la elección había sido manipulada para que ganara el
candidato de Acción Nacional, partido que había gobernado el sexenio anterior
con Vicente Fox.
Es por eso que una de sus primeras acciones
fue emprender una lucha contra el narcotráfico, pero lo hizo sin una
estrategia, lo que sumió al país en una violencia nunca antes vista, la
cual, sigue imparable y que ha dejado miles de muertos y desaparecidos.
Esta semana se dio a conocer que el ex
presidente acudiría al Tecnológico de Monterrey a dar una “conferencia
magistral” a estudiantes de Derecho de esa casa de estudios.
Las reacciones no se hicieron esperar, por lo
que se inició una petición en la plataforma Change.org para evitar que el exmandatario acudiera a la
institución, recordando que justamente 2 estudiantes de excelencia en
esa institución, fueron asesinados en 2010 y catalogados como integrantes del
crimen organizado, sin haber averiguado antes. Las críticas llevaron a
Calderón a cancelar su conferencia. Mediante una carta, el ex mandatario
señaló que lo hacía debido al rechazo de Rosa Elvia Mercado, madre de uno de
los jóvenes asesinados y aunque le gustaría reunirse con los familiares de
Jorge y Javier y “escucharlos de viva voz” respeta su dolor, por lo que
declinó la invitación. El 10 de diciembre de 2006, sólo 9 días
después de haber tomado posesión como presidente de la República, Felipe
Calderón ordenó el despliegue de 6,500 elementos del Ejército en la Tierra
Caliente en lo que se denominó “Operativo conjunto Michoacán” que
tendrían el objetivo de combatir al crimen organizado en la entidad “por
cielo, mar y tierra”. Michoacán, tierra natal del entonces presidente, era
azotada por el Cártel de la Familia Michoacana, el cual ya había
dado muestras de su sanguinario y cruel poderío al arrojar cinco cabezas
humanas en la pista de un centro nocturno, en septiembre de 2006. También
se implementaron operativos militares en Chihuahua y Baja California.
Calderón
le había declarado “la guerra” al narcotráfico.
Al siguiente mes, en enero de 2007, Felipe Calderón
visitó la 43 Zona Militar ubicada en
Apatzingán enfundado en un traje militar y les pidió a los soldados seguir en
la batalla contra los criminales. A lo largo de su sexenio, Calderón
continuó el despliegue de militares como parte de su lucha contra el narco en
más estados. Aunque hizo importantes capturas de capos, como la de Alfredo
Beltrán Leyva, en enero de 2008, la detención de Edgar Valdés Villarreal
“La Barbie” en 2010 o el abatimiento de Arturo Beltrán Leyva “El
Barbas” en diciembre de 2009; en los seis años de su Gobierno el
país se llenó de sangre al registrarse 102,859 homicidios y 22,112 desaparecidos,
de acuerdo con datos del Registro Nacional de Datos de Personas
Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). Aunque fue un sexenio envuelto en la
violencia de principio a fin, hubo algunos casos que marcaron la presidencia
de Felipe Calderón.
Sin una averiguación de por medio, Calderón
acusó a las víctimas de ser pandilleros, pero después se dio a conocer que se
trataba de estudiantes. El 11 de febrero, la madre de dos de los jóvenes
asesinados lo increpó y le exigió que se retractara, lo cual se vio obligado
a hacer. Por el asesinato detuvieron a cuatro sujetos, quienes fueron
encontrados culpables del multihomicidio. Sin embargo, sobrevivientes de la
masacre aseguraron que el comando estaba integrado por alrededor de 20
hombres.
Tras estos hechos, el Ejecutivo federal puso en
marcha en febrero de 2010 el plan “Todos Somos Juárez”, para erradicar la
violencia de raíz y al que destinó 3,383 millones de pesos (unos 277
millones de dólares). El programa estableció 160 acciones en los temas de
economía, empleo, salud, educación, desarrollo social y seguridad que serían
completadas en un máximo de 100 días y dirigidas a reconstruir el tejido
social y la convivencia de los residentes de esta ciudad insegura. El plan
contuvo la violencia, pero sólo por un tiempo. De acuerdo con cifras del
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) a
agosto de 2019, Chihuahua ocupa el tercer lugar en el número de homicidios
dolosos, sólo por detrás de Colima y Baja California, al tener una tasa de
con 37.74 casos.
En marzo del 2010, Jorge Antonio Mercado Alonso y
Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de posgrado del Tecnológico
de Monterrey, fueron asesinados por elementos del Ejército mexicano a unos
pasos del campus en el estado de Nuevo León. Luego los militares
alteraron la escena, pusieron armas a los cuerpos de los jóvenes y los
acusaron de ser parte de un grupo armado con el que se habían enfrentado
minutos antes. Dijeron que los jóvenes iban “armados hasta los dientes”.
Las autoridades mexicanas, incluido el
entonces presidente Calderón, apoyaron la versión de los militares. Después,
se reveló que ambos jóvenes eran estudiantes de excelencia en esa
institución, pero fue hasta marzo de 2019 que el gobierno mexicano ofreció
una disculpa pública por lo ocurrido. El 24 de agosto de 2010, México y
el mundo se horrorizaron con el hallazgo de 72 cadáveres de migrantes
centroamericanos en una bodega en San Fernando, en el estado mexicano de
Tamaulipas. El lugar fue encontrado gracias a un migrante herido que
logró escapar, pero que después murió en el hospital. Otro más logró
sobrevivir.
Él revelaría que sicarios de Los Zetas los
secuestraron cuando viajaban a bordo de dos autobuses sobre la carretera
San Fernando- Matamoros, llevaron a 74 personas a una bodega semi abandonada
del poblado. Ahí los invitaron a unirse a las filas de Los Zetas, pero
ante la negativa, los vendaron y los balearon. Después les dieron el tiro de
gracia. Los familiares de las víctimas sufrieron un calvario para recuperar
los restos de sus seres queridos. Algunos denunciaron que estaban siendo
obligados a aceptar restos sin identificar. Acusaron a la Comisión de
Derechos Humanos (CNDH) de no tomar en cuenta a los familiares de las
víctimas ni siquiera para pedir en su nombre que el Estado mexicano reparara el daño causado.
Ese día, sicarios de Los Zetas, uno de los
cárteles más sanguinarios del país, llegó a reclamar el cobro de piso, pero
al no obtener respuesta de los dueños, atacaron con bombas molotov y
bidones de gasolina el Casino que en ese momento se encontraba lleno de
gente. El atentado fue catalogado como el peor ataque en la historia reciente
en México. Por los hechos fueron detenidas 18 personas, de las cuáles una
falleció en el interior del penal del Topo Chico, pero sólo cuatro han sido
sentenciadas con penas que van de los 75 a los 100 años de prisión. A 8 años
de distancia, ningún ex funcionario ha sido procesado.
Cajón
de sastre
Además, los miles de muertos y desaparecidos
en medio de la llamada “guerra contra el narco” durante la
administración del ex panista y que en realidad se debió a la lucha
descarnada entre los cárteles, es otra de las sombras que persigue a Felipe
Calderón.
En los últimos días, en las redes sociales circuló
un video en el que un hombre (quien después fue identificado como Emilio
Ruggeiro, un tenor mexicano radicado en Alemania) increpó a Calderón Hinojosa
cuando viajaban a bordo de un avión.
El hombre quien dijo ser ex cadete del Heroico
Cuerpo Militar, decidió enfrentar al ex presidente “en nombre de todos los
mexicanos”.
“Le queríamos decir en nombre de todos los
mexicanos que gracias por haber dejado México hecho una porquería y habernos
vendido. Me dará mucho gusto que le hagan un juicio político”, dijo.
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viernes, 29 de mayo de 2020
Inicia espiral de violencia
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